El acto final de mi tragedia.

Era uno de aquellos días lluviosos turbios y oscuros, a la vez era también refrescante para los pensamientos siniestros que se apoderaban de mi mente.
Tú te encontrabas recostado en la esquina del sofá color marrón que había comprado hace mucho. El cual ahora desgastado por el tiempo, viejo y polvoriento reflejaba la perfecta y completa imagen misma de lo que era mi corazón en los momentos de plena incertidumbre, incertidumbre por saber la respuesta a aquella pregunta que había carcomido lo más recóndito de mis pensamientos y de la decepcionante conciencia que hoy ganando al fin la batalla decidió hacer presencia en el acto final de mi tragedia.
Me dirigí sigilosamente a la cocina intentando no hacer demasiado ruido pues tu rostro demostraba la absoluta tranquilidad del sueño profundo; del armario saqué el cuchillo que había escondido y sigilosamente lo deslicé entre mis dedos, completamente segura de lo que haría a continuación...
Amor dije, pronunciando cada letra con el suficiente veneno y fuerza para despertarte. Suavemente abriste los ojos y miraste directamente hacia mí con ese aire de superioridad característico en ti. Sentí que mi cuerpo se estremecía ante la mera idea de lo que haría, pero aun así no me acobardé; levanté bien alto el cuchillo lo extendí hacia mi objetivo y con toda la fuerza que me fue otorgada por los muchos años de sufrimiento, lo clavé profundo, profundo y fuerte en mi vientre. Sentí la fuerza desvanecerse y huir despavorida de mi cuerpo, sentí tus brazos rodearme y recostarme en el sofá, donde unos instantes atrás, yacías profundamente dormido.


Jamás había sentido satisfacción plena en mi vida, pero en aquel momento sabía que por fin la había alcanzado, aunque era tarde para disfrutarla totalmente, unos instantes eran más que suficientes para mí. con una voz ronca y alejada logré balbucear las que serían mis últimas palabras: " Gustavo, siempre fuiste tan frío y rígido, siempre con esa violencia que parecía envolverte, quieres saber cuánto tiempo te tuve miedo, quieres saber cuántas veces solo pensaba en morir, quieres saber cuántas veces intente olvidar la noche del 3 de julio en esa calle apartada de Londres donde con toda la furia posible y con un salvajismo pleno me violaste y pegaste tanto que no pude despertar durante una semana y cuando por fin regresé al mundo no era más que un desecho arrojado a la basura por las terribles marcas que habías dejado sembradas en mí. Era virgen Gustavo me había privado de los placeres de la vida por el temor a rebajar aún más la poca confianza que tenía en mí y tú, tú me exterminaste por completo. Fuiste tan cruel que si ayer a la madrugada el detective no me hubiera enviado una foto del por delincuente que me ultrajó esa noche, jamás me hubiera enterado que aquel que destruyó mi vida era mi actual esposo y el causante del terrible año de matrimonio que viví."

Levante mi vista para observar su reacción y me confundí al ver una sonrisa en su rostro, una confusión que no duro mucho cuando respondió que siempre supo quien era yo y lo que me había hecho meses antes de casarnos; pero aquello no fue lo único que me confeso pues lo más importante y real era que también sabía el pasado oscuro que había tenido, aquel pasado que intente dejar atrás y nunca logré. Ese pasado sórdido y el crimen fatal que cometí cuando en uno de aquellos momentos de furia salí conduciendo mi coche a toda velocidad y atropellé a una mujer embarazada, matándola en el acto. Después de eso recuerdo claramente haber salido huyendo sin ningún remordimiento en ese instante, sin saber entonces que era ella la esposa de mi futuro violador y esposo.


Ahora comprendiendo el porqué de todas mis desdichas y a pocos instantes de morir, me sentía fortalecida por la decisión que tomé hace unos minutos, mi muerte y la del niño que llevaba en mi vientre el cual dejaba el mundo sin a verlo visto aun, causa del puñal, era lo mejor que había hecho, después de todo ya había matado una vez que mas daba hacerlo de nuevo.

Notas musicales de una nómada.

 

No sé ni qué decir, tus letras hipnotizan desde el primer momento, nostalgia, tristeza y dolor es lo que reflejan, digno de una novela, me ha encantado, saludos!