El amor es mÍ infortunio

Tú brillante belleza es el iluminar de mis días. La luz de tus pupilas hermosas, delicadas; hacen surgir la admiración de mi ser por ti. ¿Eres mi primer amor? Realmente floreces en mis entrañas. Infortunio es la hora en que te conocí; por qué me siento desesperado, por qué cuando te miré pasar, los temblores de mi pasión emergen cual manantial. Por qué burbujean cual espuma del mar, que toca delicadamente las playas del mundo. ¿Por qué estoy prisionero de ti? Deseo como un poseso librarme de una vez por todas de tu belleza que me esclaviza, y de tu ser perfecto, puro, inmutable; de la esencia de tu alma, y de la preciosidad perenne de tu vida; déjame quererte en el silencio, quiero vivir sin ti. No puedo respirar felicidad, absurdamente lucho, creyendo derrotarte, alucinando, librarme de tu silueta en mis pensamientos. Mi corazón está herido, es insoportable este dolor agudo; la rabia nubla mis sentidos, la soledad embota mis sentimientos, la ira y el dolor se mezclan, y provocan en mí tristeza y melancolía. Este hombre taciturno que cruza el tiempo, solo está; este pobre infeliz que tuvo la desdicha de enamorarse de ti. No sabía lo aterrador, lo desconsolador, profundo vacío, soledad, frustración, naufragio, ruina, insondable sentimientos e incontrolables emociones que nacen en el poniente de un enamoramiento sincero que germina; cuando te enamoras de la princesa, de la doncella, de la señorita que te roba el corazón, y sin saberlo ella es dueña absoluta de todo tu aliento. ¿Fue fortuitamente que decidí enamorarme de ti? Muchas veces admiro con una sola mirada el fino talle de su perfil, me suspendo en el tiempo al observar tu cabello ligeramente alborotado, los ojos entornados de expresión sabia, tus bellas y perfectamente esculpidas pestañas que ensombrecen tus delicadas, suaves y preciosas mejillas; al ver perfecta dotada de exuberante hermosura sin par; quedo ruborizado, el corazón me late con fuerza, y siento una extraña sensación que me evoca; timidez, vergüenza y alegría, es una emoción desconocida. La impresión que tengo es como si el corazón me apretara dulcemente, y es un dolor deseado y confuso. Todos aquellos estremecimientos no son exteriorizados, sino más bien duermen en paz relativa; para no darte a conocer mis condiciones para contigo. Cuando estoy junto a ti, fugazmente; respiro en sueños y me embarga a todo mi ser una multitud de sensaciones placenteras y sorprendentes; cuando sonríes, el cielo se me ilumina, cuando admiro tus delicados labios entre abiertos dejo de existir en este mundo frío, inconstante, frívolo, y conozco la verdadera belleza de la felicidad. Cuando tú me lanzas una mirada fugaz, tan límpida, me obliga a bajar la mirada, sin poder remediarlo lo hago, con rabia; por no poderte mirar fijamente en el firmamento de nuestras vidas, y contemplar a un ángel. Todos tus rasgos son tan finos, inteligentes, dulces y amables. Ni en toda la eternidad desearía alejarme de ti, siempre y por siempre tú serás mi recuerdo eterno; y serás la luz de mis días. Por: Andrés Quinteros R.