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El amor verdadero no traiciona

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Atenea Sheresada, 24 de Noviembre de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 4729

  1. Atenea Sheresada

    Atenea Sheresada Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    14 de Marzo de 2010
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    Comenzar por el principio sería relatar dos historias, una tan bella y maravillosa, llena de dicha pero tan corta. Lo que hoy vengo a contar es tan diferente, tan alejado de mis días felices.
    Me case, totalmente enamorada de él, me impresionó su carácter siempre alegre, su amor a la vida, pero por encima de todo su seguridad.
    Nos casamos a solo un año de conocernos la luna de miel duro seis meses, yo estaba envuelta en una felicidad infinita, pero todo se terminó, cuando recibí esa llamada.
    Mi marido había salido a ver un partido con unos amigo, nada fuera de lo ordinario, yo me quedé en casa, hacía un frío infernal. Cerca de las 6 de la tarde sonó el teléfono, al contestar una voz de mujer preguntaba por mi marido, le dije de su ausencia y pregunte si en algo podría yo ayudarla, me dijo que le diera un recado, que su hija estaba enferma en el hospital. Colgué casi en estado catatónico.
    Me senté sin conciencia en el sofá y ahí me quedé, no se que tanto tiempo, pero fue hasta que el regresó. Ví su rostro de preocupación al verme tumbada inmóvil en el sofá con lo ojos abiertos, "tienes una hija" susurre casi sin darme cuenta, se puso amarillo, se retiró y con una voz lúgubre preguntó "¿Quién te dijo?". Le hablé de la llamada, de la voz de la mujer, me besó en la frente y se fue. Yo no me moví.
    Reaccioné casi al amanecer, me levanté y fui a la cama, me acosté sin desvestirme, pensaba en todo y en nada a un mismo tiempo. No sé si dormí o permanecí despierta, cuando él llegó, me dijo que no tenía una hija, tenía dos, que no se casó con la madre de su descendencia, no me lo comentó para no romper nuestro amor.
    No fui a trabajar, no me atreví, ya no confiaba en él, no sabía si marcharme para siempre o permanecer a su lado. Todo el amor que sentía se transformó en dudas.
    Cuando regresó de trabajar, le exigí me contara todo lo que "por amor" me ocultó, fue tan larga la lista, que se hizo de noche, fueron muchas historia inconclusas, aventuras que no han llegado a su termino, y todo lo que pudo lograr, el perdón que pude otorgarle lo perdió con esta frase "Aunque tenga mis capillitas, siempre serás mi catedral". Sonreí, me levante y le hice de cenar.
    Cuando se durmió, tome algunas de mis cosas y me fui, nunca mas regresé a su lado, ni siquiera pregunté por él.
    Si no es en tu año, no es en tu daño, pero ¿cuanto daño se puede soportar?, no quería tener una vida, cimentada en mentiras........ No me mientas, puedo perdonarlo todo, menos una traición como esa, por que aunque el amor verdadero todo lo perdona, el mismo amor verdadero no te miente ni traiciona.
     
    #1

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