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El arbol que hablo

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Jose Fercho Zam Per, 15 de Junio de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 847

  1. Jose Fercho Zam Per

    Jose Fercho Zam Per Poeta recién llegado

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    8 de Enero de 2011
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    Género:
    Hombre
    En un lugar de Colombia, en un campo muy agreste, Vivía un campesino que no sabia ser silvestre.
    Cocinaba sus comidas tumbando arboles verdes, no sembraba ni uno solo, pero si los destruía. Un buen día salió a buscar leña al campo, con su hacha, machete y escopeta.

    Pues también cazaba las aves y cualquier otro animal que por allí estuviese.

    Era un hombre bastante necio, no atendía ningún consejo, pues ya muchos le habían dicho, de los daños que causaba, en los bosques y especies en vías de extinción que por allí solían verse. Aquel día estaba alegre, pues pensaba recoger una gran cantidad de peces con unos tatucos que había traído desde un campamento de mineros donde sacaban sus productos explotando las montañas sin darle importancia a quien le pudiera doler.
    Pensó darle bote a un árbol, para hacerse su comida azar también unos peces y después seguir buscando algo mas para comerse. Preparó sus herramientas y acomodo todo el motete, comenzó a darle hacha a ese árbol que aun estaba verde, sin pensar que así podía acabar son esa especie.

    Eran arboles muy viejos ya muy pocos existían. Continuo dándole hacha con gran gozo y alboroto pues tenia mucha hambre y pensaba en el sancocho, de repente alguien le dijo ¡no seas bruto amigo mío! no te fijas que las tierras por aquí son muy desiertas, si me tumbas quien podría ayudar en las sequias, las que duran muchos meses sin que caiga un aguacero, pero el hombre era inconsciente de los años que hacia, a tal punto que no supo quien a el se dirigía, contestó muy enojado, mas bruto será usted, que no sabe de cocina, con esta leña que yo lleve durará por muchos días.

    Al instante el pensó, por aquí hay alguien mas, pues me habla como yo, a los demás les suelo hablar.

    Mas mirando nada vio, ni preguntando contesto, y su hacha volvió a alzar para el tronco derribar, mas el árbol se sacudió y un golpe a el le dio. ¿Es que no ve que soy yo? el que le habla con dolor, replico dicho árbol cuando hacha a mi de dio, y con sus ramas lo golpeo las espaldas de aquel señor, quien de hombros se encogió cuando el golpe el sintió ¿qué le pasa? pregunto, porque me pega, replicó, cuando cuenta el se dio que era el árbol quien le hablo.

    Otro golpe de hacha dio, con soberbia y dolor pero el árbol le grito ¿no me oye usted? señor, y así fue como, una golpiza le propinó, otro árbol de al lado en su ayuda acudió, del viejo tronco que lloraba de tristeza y de dolor y así fue que aquel hombre al barranco se cayó muerto del miedo al ver aquello que pasaba alrededor, unos arboles que hablaban y de golpes a el le daban, con enojo y con dolor. Muy perplejo este hombre, de ese hueco se paró emprendiendo la carrera sin nadita el huyo, así fue como aprendió aquel día una lección el origen de la vida con los arboles comenzó a su casa ya de noche sin la leña el llego, asustado y sin comida pero mucho aprendió pues de ser un leñador, a cultivar se dedicó y trabajando la tierrita muchos arboles sembró, desde entonces aquella región muy alegre se volvió con cultivos, con comida esa tierra prospero y ahora viven en armonía todos juntos con amor a de ser así la vida en todita la nación.
    Joseferchozamper
     
    #1
    Última modificación: 17 de Enero de 2016

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