El arte de la dignidad

"El arte de la dignidad"

En la vida hay una serie de acontecimientos que a veces son interesantes para darnos cuenta de la realidad de lo que somos.
Los protagonistas de está anécdota son Vanidoso, la señorita "M" y la señorita "L".
La plataforma en que sucedieron los acontecimientos fue un edificio en el centro de Monterrey donde los protagonistas tomaban un curso de computación.
La señorita M y la señorita L ingresaron unas semanas antes a ese instituto y se hicieron muy amigas, Vanidoso entro después, como siempre vivía distraído no se dio cuenta que habían personas que tenían más tiempo estudiando ahí.
Como las clases sólo eran los sábados, por lo general Vanidoso llegaba tarde y malhumorado porque la decisión de estudiar computación no la había aceptado él.
En fin acudía a las clases y todo era tan normal como cualquier cosa tan común.
Uno de esos día las señorita L se sentó atrás de Vanidoso y le pregunto su nombre y Vanidoso le contesto con voz entrecortada y de una manera indiferente la respuesta.
Ella lo noto pero aún así le pregunto cosas insignificantes para sacar platica a lo que Vanidoso contesto de cortesía pero muy cortante.
Al salir ese día un compañero le pregunto que si tenía novia y Vanidoso contesto que no, aunque en realidad si salía con alguien, y le dijo que porque la pregunta y su compañero comentó que la Señorita L lo quería conocer y que era muy buena onda que le convenía.
Vanidoso para no sentirse incómodo y no dar tantas explicaciones le dijo que a él le gustaba la señorita M la amiga de la señorita L.
En verdad si le gustaba mucho la señorita M pero no como novia, porque ni la conocía ni siquiera se dirigían la palabra, pero como estaba muy guapa y se vestía muy coqueta.
Como normalmente nunca pensaba las consecuencias de decir lo que pensaba.
Esto repercutió en una escena que le quedo muy grabada.
Al sábado siguiente en el laboratorio de informática tomaban la clase cuando formaron equipos y su compañero se junto con las señoritas L y M y este como andaba de cupido les contó todo lo que Vanidoso había dicho.
Vanidoso sólo escucho que se pusieron de pie de repente y la señorita L estaba llorando y la señorita M y otra señorita la acompañaron al baño.
Vanidoso sintió unas miradas muy pesadas como de rencor, pero no volteo para cerciorarse que fueran para él.
Su compañero le espeto a Vanidoso que todo era su culpa por lo que había dicho, Vanidoso ni siquiera sabía que es lo que estaba ocurriendo.
Las próximas horas después de lo sucedido Vanidoso se perdió en una pregunta a si mismo de que es lo que había echo tan mal esta vez.
De alguna manera se imaginaba que el había hecho llorar y sentirse mal a la señorita L.
Al salir de clases en la puerta de elevador la señorita L espero a Vanidoso y le dijo que no pasaba nada y le presento a la señorita M quien le sonrío y se fueron juntos a caminar.
La señorita L ya no fue a esa escuela después de lo ocurrido.
Vanidoso y la señorita M se hicieron novios pero no duraron mucho porque Vanidoso dejo de ir a ese instituto y ya no se volvieron a ver.
Como el sacrificio y la renuncia del amor hacen dignos de admirar a ciertas personas son muy pocas pero de gran corazón.