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El ascensor está bajando

Tema en 'Poemas Góticos, ciencias ocultas y Misteriosos' comenzado por loureed, 25 de Febrero de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 328

  1. loureed

    loureed Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    6 de Agosto de 2016
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    Género:
    Hombre
    He olvidado el tiempo
    y ya solo queda algo
    que dice hola, adiós
    y pase usted primero,
    mirando al suelo veo que mis zapatos tienen un agujero,
    mientras saco las llaves y las observo
    y entonces ya si
    hablo del tiempo;
    parece que hay unas nubes extrañas en el cielo
    pero no van a descargar dice el vecino por decir algo,
    mientras,
    yo juego con el llavero,
    en mi llavero hay llaves que hace años que no utilizo
    y no se porqué no las guardo en un cajón o las tiro,
    son llaves que ya no sirven para abrir ningun puerta,
    solo sirven para abrir las puertas viejas de bisagras oxidadas
    a los pensamientos del pasado,

    la última vez que utilicé esta
    con la que ahora juego entre las manos
    me despedia de una niña con un hasta-luego sin saber que
    era un hasta-nunca y
    fue hace mas de 20 años,
    y cuando me miro en el espejo del ascensor ya ni siquiera me parezco
    a esa persona,
    recuerdo que mi alma murió poco a poco,
    el alma puede morir y reencarnarse o mutar
    en algo completamente diferente y
    no es como los cuerpos
    que cuando mueren ya no hay vuelta atrás,
    mi alma no murió en ningún accidente
    ni con una puñalada por la espalda
    ni se suicidó,
    fue
    algo parecido a una larga enfermedad lo que la fué matando lentamente,
    ya nada me gustaba, no sabría explicarlo
    pero recuerdo que estaba rodeado
    de símbolos pesados;

    en aquella ciudad del este había estado nevando
    durante 5 días enteros
    sin respiro
    y la calle parecía el infierno congelado,
    no me gustaba nada la nieve
    no se podía salir a la calle
    ni se veía el sol,
    pero de alguna forma sabía que cuando se derritiera del todo
    mi alma moriría,
    así que rezaba porque no acabara nunca de nevar
    y vigilaba por la ventana para que no se deshiciera
    y me alegraba al ver que aun había zonas blancas en los tejados,
    pero cuando ya no quedó nada
    mi alma murió por primera o segunda vez,

    y luego salió el sol inmediatamente
    y con él una primavera adelantada
    y el cielo azul brillaba resplandenciente
    y la ciudad parecía una sinfonía de árboles verdes,
    pájaros cantores de colores, y mujeres con alegres vestidos de flores
    con sus piernas al aire caminando al compás
    como diciendo que la vida sigue
    sin ni siquiera guardar un minuto de silencio.

    Ahora
    las naranjas en la cafetería caen por el tobogán
    una tras otra
    y las tazas y los platos de los cafés chocan como cristales
    rompiéndose
    y en la calle las mujeres arrastran los carritos del supermercado
    que suenan como trenes de carga que pasan despacio
    por una estación fantasma de adoquines y niebla, y un puerro
    sobresale horrorizado del carro de la señora ante el espectáculo
    de humo y bocinas
    que se desliza por la calle
    como una serpiente metalizada
    con escamas de lexus, seat ibiza y taxis blancos,
    y me subo a la serpiente
    como me subo al silencio de la casas,
    y pongo la radio
    como escucho la lavadora en centrifugado,
    y por la ventanilla veo las ramas de los arboles
    como garras del cielo gris del invierno
    tratándo de decirme algo en el lenguaje de los sordos
    y desde primera hora de la mañana
    y durante todo el día
    suenan las campanas de las iglesias
    repicando funeral en este inmenso infierno gris,
    todo va poco a poco, y si mi instinto no me falla
    cuando deje de oir las campanas mi alma morirá otra vez
    y si no cuento mal, voy a por mi tercera o cuarta muerte
     
    #1
    Última modificación: 28 de Febrero de 2017

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