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el beso

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por hank, 8 de Julio de 2011. Respuestas: 1 | Visitas: 456

  1. hank

    hank Poeta recién llegado

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    27 de Junio de 2011
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    Una vez mirando la tele Darío descubrió cómo se besan las personas mayores. En aquellos culebrones con títulos tan cursis como irónicos... Gotitas de amor, uno de ellos, presentaba una escena promocional donde una joven mujer, de pechos altivos y caderas prominentes, le gritaba a voz en cuello a un varón sesentón algo así como “por qué no te mueres viejo decrépito...”. Gotitas amor, ¡claro que sí...!
    La cosa es que Darío tenía cinco años cuando vio a una pareja de guapos y jóvenes actores trabajando en un apasionado beso: un mortero de lenguas que mezcla baba en grandes cantidades. Pero los besos no venían solos, siempre estaban acompañados de encendidas caricias, violentos apretones y respiraciones cada vez más fuertes y más profundas.
    Se quedó pensando en cómo se sentiría besar a una mujer, nunca se le ocurrió pensar en un hombre. Parecería ser que el muchacho se decantaba por ser heterosexual, aunque en aquel momento de su vida nada sabía de la terminología y de los conceptos del eros.
    Pero pensó aún más. Quiso de inmediato tocar a una mujer. La idea inicial había migrado a un impulso muy fuerte, desconocido hasta entonces para Darío. Un poder indómito surgía desde sus vísceras, un ardor inusual y a la vez placentero inundaba su bajo vientre. Sintió por primera vez en su existencia ese temblorcito de las rodillas que le acompañaría el resto de su vida en las ocasiones más hermosas, tristes, desesperadas, dolorosas y fascinantes.
    Esa noche durmió un poco inquieto. Su abuela, Mercedes, le había sugerido que rece al ángel de la guardia. Darío hace rato que había desplazado de su mente aquellas ideas escatológicas de su mamita Mercedes, como él la llamaba.
    Se acurrucó en su camita de una plaza comprada en San Roque y se imaginó besando a Mónica, la vecinita que vivía el la planta baja de la casa, inquilina de doña Mercedes, una de sus inquilinas, porque la inmensa casa albergaba a más de cinco familias completas, con nietos, hijos, padres, perros, gatos, pericos y ratas, por supuesto.
    Deseaba besarla, saber a qué saben sus labios rojos. Recordaba las caricias de la pareja en la tele. Sabía qué se sentía al toparse sus genitales, pero tenía curiosidad de tocar los genitales de una niña. Ya había visto muchas veces aquella rajilla en el medio de las piernas de las niñas, en las recién nacidas que siempre habían en la casa y que eran sometidas a deliciosos baños en las tardes soleadas, con tinas de agua calentada al sol y champú de manzanilla.
    Pasada la medianoche, mirando fijo en la claraboya que estaba sobre su cama, por la que entraba un baño azul y blanco de la noche estrellada, Darío cerró los ojos y un fuego intenso le quemaba el pecho, un fragor que emergió desde las entrañas, se posaba en el bajo vientre y se expandía a todo el cuerpo. Su primera erección de tipo sexual floreció entre las sábanas.
    En 1973 Quito tenía todavía unos hermosos anocheceres, especialmente a finales de junio, cuando el cielo pintaba azuloscuro hasta la madrugada.
    Notó como su penecillo se le puso más tieso que nunca. Se sentía más grande y le gustaba tanto sentirse así que procuró que la erección se mantenga el mayor tiempo posible.
    Cuando dejó de pensar en Mónica, se había dormido. La luz dibujaba una sombra incierta en las cobijas de lana y una cruz fosforescente sobre la cama atestiguaban los sueños del niño:

    -Hola Mónica
    -Hola
    -Quiero darte un beso
    -¿Qué es un beso?
    -Déjame darte uno para que lo sepas
    -Dime que cosa es un beso Darío
    -Es algo que hace un hombre con una mujer
    [SIZE=3]-Los hombres hacen muchas cosas con las mujeres[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Se lo hacen con la boca[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-¿Con la boca?[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Sí, deja que te muestre[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-No quiero[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-¿Por qué no quieres?[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Porque no me gusta[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Cómo lo sabes, no lo has probado[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Sé que no me gusta[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Está bien[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]-Bésame[/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3] [/SIZE]
    [FONT=Times New Roman][SIZE=3]Justo cuando Darío se acercaba a la boca de Mónica despertó por la voz de su madre. Su infantil fantasía se desvanecía ante sus propios ojos. Yolanda, la mamá de Darío ya había preparado el baño.[/SIZE][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]
     
    #1
  2. aldoorozco

    aldoorozco Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    15 de Junio de 2009
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    buena prosa, muy buen desarrollo saludos es grato leerte sigue asi...
     
    #2

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