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Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Lonu, 4 de Julio de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 595

  1. Lonu

    Lonu Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    4 de Julio de 2010
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    Jhon caminaba, caminaba, sólo por una solitaria ruta mientras los árboles silbaban de par en par. El humo de su cigarro se confundía con su respiración por causa del frió de la noche; lentamente su cigarrillo se consumía como la vida de cualquier mortal.

    -¿A dónde tengo que ir?- se decía a sí mismo acoplando el calmo pero estripitante sonido de las hojas de los árboles chocando entre si por el viento...

    Jhon se notaba algo agitado y nervioso, talvez por la soledad del camino o talvez por lo que le esperaba. El caminaba, caminaba sin rumbo observando por allí, observando por allá, llego hasta la mitad del camino, miró a ambos lados, movió sus brazos y los golpeo contra su cuerpo seguido de un gran suspiro; se lograba ver una pequeña pero invisible lagrima en su ojo derecho, cerro fuertemente los ojos, contuvo la pequeña lagrima y retrocedió en su camino. El sonido de un triste piano hubiera sido el acompañamiento musical perfecto para el momento…

    Durante el camino de regreso se puso sus auriculares y comenzó a escuchar una canción, de esas que son para desahogarse y gritarlas, o algo así.

    Por momentos aceleraba y disminuí la velocidad de su paso al ritmo de la música y se le notaba vacilar y entonar alguna que otra nota de la canción.

    Por el camino pudo ver un perro, comenzó a seguirlo melancólicamente una dos cuadras. El perro en un momento lo observo y lo enfrento, fue entonces cuando dejo de seguirlo.

    Jhon siguió caminando… las calles lo llevaron hacia una desolada plaza con pinos y un par de otros árboles. Allí se encontraban varios bancos de cemento junto a los árboles, y, a un lado de la plaza se podían ver algunas hamacas y casi enfrentadas a estas un par de subi-bajas.

    Jhon aun si preocupación (si se puede decir así) siguió caminando por un lado de la plaza, aun con paso tranquilo aunque cada dos minutos miraba su celular como si esperara un mensaje, talvez una llamada, que lo calmara o que le indicara donde ir… aun se encontraba pasando frente la desolada plaza cuando se percato de una pareja que al parecer discutían allí; Jhon no se saco sus auriculares, no pudo saber si discutían o no, pero al parecer el chico se notaba muy enfadado.

    El rostro de Jhon comenzó a desfigurarse, una mueca de tristeza comenzaba a dibujarse en él, al parecer había recordado el por que caminaba.

    Paro de caminar, con mano agitada saco de su bolsillo una caja de cigarrillos casi vacía, tomó uno y lo encendió; lentamente comenzó a fumarlo.

    Nuevamente comenzó con su paso, doblo a la izquierda, a una calle bastante iluminada; a unos cincuenta metros aproximadamente vio a una chica. Comenzó a correr como si lo persiguieran, las casa pasaban velozmente junto a él, parecía haber olvidado todo, se había convertido en un veloz jaguar. A un metro de esta Jhon paro, la chica lo miró con cara con cara perpleja, su rostro parecía un poema no muy elaborado que sencillamente le decía “loco” a Jhon. Él la miró con mucha desilusión y dio dos pasos atrás.

    -Perdón- dejo Jhon -Creí que…-

    No termino la oración, la chica lo miró de arriba abajo, se dio media vuelta y se fue…

    La desilusión de Jhon era indescriptible y tan grande que lo ahogaba. Empezó a caminar, pateaba las rocas, suspiraba, seguía observando a todos lados; aún la buscaba.

    Intento hacer una llamada, se encontraba sin línea. –Maldición- murmuro -¡¿Dónde estas?! ¡¿Cómo puedo encontrarte así?!-

    En la corrida Jhon había perdido su cigarrillo y sus ansias y decepción eran tan grandes que le demandaban tabaco en seguida. Prendió su cigarro, continuó su recorrido y a pesar del frió de la noche Jhon comenzaba a transpirar.

    A un par de cuadras de la casa de una de sus amigas, él se cruzo con dos de ellas, continuo transitando por la solitaria calle, no se encontraba con ánimos de parar.

    Llego a la esquina, se sentó y quedo con la cabeza baja moviéndola de lado a lado como si se rindiera y se preguntara “¿dónde?”. Intento llamarla nuevamente, comenzó a sentir una leve esperanza al escuchar el tono de espera. Una voz femenina aunque fría y cortante atendió: -No me encontraste… ya lo sabes- las pupilas de jhon comenzaron a inundarse; la charla continuo durante unos veinte minutos mas sin llegar a entenderse.

    La llamada termino, Jhon levanto su rostro, se lo veían triste y demacrado; todo había terminado.

    Se levanto, camino una cuadra, menos, llegó a donde todos sus amigos estaban. Saludó se fue, caminó, prendió un cigarro, parecía no importarle nada, frenéticamente sonreía; Jhon se perdía en las sombras…
     
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