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El cazador y la bestia

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Évano, 13 de Febrero de 2013. Respuestas: 12 | Visitas: 1246

  1. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Su rostro lo recorrían amplias rayas diagonales, de pinturas verdes y negras, para camuflarse entre las ramas y árboles de la noche. La vestimenta de cazador, de similares colores, acompañaban al disfraz, así como las pesadas botas militares.

    Permanecía en silencio, agazapado entre robles y zarzas, a pocos metros de una trampa, con olor a vainilla, que atraería al oso a la carne de ciervo; y si este no caía en en el lazo, siempre podría dispararle a bocajarro. Había dado los pasos adecuados, incluso escondiéndose en contra del viento, para no poder ser olido por el animal.

    El viento arreciaba en frescor, ululando entre el robledal. La aldea se divisaba en el fondo del angosto valle, gracias a seis farolas de luz amarillenta, de esas que no estorban en la contemplación de estrellas. No sé para qué, este tierra no la visita ni Dios, se dijo Ligio, ¿quién demonios va a venir hasta aquí a contemplar las estrellas? ¡Menuda idiotez! Las casas, construidas con cantos de río y pizarra, no estaban habitadas en esa época del año. Era alta montaña, abandonada hacía décadas por los aldeanos; sólo en verano la visitaban unas cuantas almas. En el duro invierno, Ligio, se convertía en el guardián de aquellos páramos.

    Oyó chasquear la hojarasca, dejando casi de respirar. Los débiles rayos, de una luna sin formar, incidían en el pequeño claro. Abrió los ojos todo lo que pudo, colocándolos bien entre los agujeros del pasamontañas y se quitó el guante de la mano derecha, para poder disparar sin dificultad. Pronto se cercioró del tremendo frío de la madrugada. Encajó la culata de la escopeta al hombro. Estoy listo; cuando quieras amigo, adelante...

    Unos brazos inmensos, de pelo grueso, con sus dedos, fue lo primero que apareció alrededor de la trampa. Ligio se sobresaltó. Ahora no respiraba. Unos hombros anchísimos con una enorme cabeza humana, oculta entre larguísimos cabellos y barbas, aparecieron tras los potentes brazos. Entró totalmente en el claro, dejándose ver entera, la extraña criatura. Al erguirse mostró su increíble altura, de dos hombres. Miró la carne y la cogió. Ligio se vio incapaz de tirar de la cuerda y encadenar a tan enorme bestia, y mucho menos dispararle. El más mínimo fallo sería su sentencia de muerte.

    La bestia cargó con la carne de ciervo y anduvo en dirección a un Ligio aterrorizado y que deliraba consigo mismo. ¿Qué demonios...? ¡Lárgate, no quiero dispararte! ¡Vamos hombre...!, hay sitio en estas montañas para los dos. Fuera, fuera, fuera... La bestia ya estaba encima. El disparo y un grito ensordecedor rompieron el silencio de la noche. Cayó de espaldas el gigantesco monstruo, con un hombro sangrante. Ligio corrió como un loco, ladera abajo, buscando el refugio de su casa y la aldea. Tropezó en una piedra, torciéndose el tobillo y perdiendo un teléfono móvil inútil, al no haber cobertura en toda aquella zona. Corría a la pata coja, arañándose en las innumerables espinas de las zarzas mientras sentía el aliento persiguiéndole y oía sus terribles gruñidos y el olor de un monstruo poderoso y terrible. Cayó dos veces más antes de llegar a la entrada de la aldea. Debo haberlo herido gravemente, parece que no ha podido alcanzarme, se decía ahora en voz alta y tartamuda.

    Continuó, utilizando la escopeta como muleta, hasta la puerta de su casa, cerrando rápidamente. Se quitó el pasamontañas y los guantes y se secó con un trapo de cocina el sudor del rostro y manos. Se asomó a la ventana del comedor, desde donde divisaba esa parte de la aldea. A unos metros, mal relucía en amarillos una de las farolas. Subió al planta de arriba, para estar más seguro, y observó desde allí, tras las cortinas de una pequeña ventana. Por la ladera de la montaña bajaban más de una docena de estas bestias. Bajo la luz amarillenta de la farola cercana a su casa aullaba, con gritos terroríficos, la bestia herida en el hombro. Le temblaban las piernas y le tiritaba todo el cuerpo, chirriándole las mandíbulas. Era incapaz de mantenerse en pie..
     
    #1
    Última modificación: 13 de Febrero de 2013
  2. cesarfco.cd

    cesarfco.cd Corrector Corrector/a

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    Buenas líneas Évano.

    Atrapan la atención. Gracias por compartirlas.

    Un abrazo.
     
    #2
  3. LIBRA8

    LIBRA8 Invitado

    Magnífico relato que te mantiene en suspense desde el principio, y quieres seguir leyendo cuando termina. Mi sincera felicitación Évano. Un abrazo.
     
    #3
  4. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Muchas gracias, Don César, es usted muy amable.

    Se le saluda afectuosamente.
     
    #4
  5. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Muchas gracias, señor LIBRA8, por su comentario tan bonito.


    Se le saluda afectuosamente.
     
    #5
  6. Dennisse

    Dennisse Invitado

    intensas letras,
    que nos comparte
    quizá algo para meditar
    en el final cierto
    abrazos
    Denn
     
    #6
  7. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Gracias, Denn, por pasar.

    Se la saluda afectuosamente, como siempre.
     
    #7
  8. marea nueva

    marea nueva Poeta veterano en el portal

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    Whau... Una imaginación genial , los finales no dejan de sorprenderme!! Un abrazo multiplicado estimado Señor Evano, jeje
     
    #8
  9. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Casi le dan las doce, señora Ethel (lo digo porque su repuesta llegó a las 11:59 de la noche) y por poco no se convierten en flores negras las rosas de San Valentín jajajjajajaja.


    Gracias por su lindo pasear por mis letras.

    Abrazos afectuosos.
     
    #9
  10. princesa de fuego

    princesa de fuego Poeta que considera el portal su segunda casa

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    :::triste:::no se lo pueden comer ,el no queria lastimarlo ,no es justo,exijo que pase un milagro o un angel aguerrido lo salve ,
    :mad:otra injusticia mas ? hasta en los cuentos? no,no ,mas vale que haya una segunda parte y que brille la magia o...quiero saber con lujo de detalles que paso despues ,como lo devoraron muajaja o lo continuo yo y mira que no soy buena para los relatos de terror :::lengua1:::
     
    #10
  11. Rugby 10.12.2013

    Rugby 10.12.2013 Exp..

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    Impresionante y exelente escrito Evano Mis más sinceras felicitaciones por esta hermosa prosa. Felicitaciones, reputación y saludos poeta
     
    #11
  12. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Señora Princesa de fuego, el final no pone nada de que se lo coman, aunque que es más que probable jajjajaja lo dejé al gusto del lector, pero tamnién tienen derecho los pobres monstruos, aunque fuese un accidente, han de alimentarse jajajjaja.

    Muchas gracias por su lindo pasear entre mis letras.

    Se la saluda afectuosamente.
     
    #12
  13. Évano

    Évano ¿Misántropo?

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    Muchas gracias, señor Rubgy, por su paseo entre mis letras, es usted muy amable.

    Se le saluda afectuosamente.
     
    #13

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