El cazador y la bestia.

Sobre un risco, en lo mas alto sentado, adormilado, disfrutando de los primeros rayos de sol, con los bosques bajo mis pies, llenos de vida, de color, de aromas ancestrales y sutiles. Ya no soy joven, ni fuerte y mucho menos bello, necesito poco las calamidades, la dificultad por cazar a diario a bestias bellas y hermosas, me endurecieron, afinaron mis sentidos, agudizaron mi ingenio, y me hicieron un aceptable cazador.

Ya no me motiva cazar presas fáciles ni descuidadas, no lo necesito en absoluto, pocas me motivan como presas, o ninguna quizás.

Veo pasar a a las bestias mas temidas en otros tiempos, su caso es todo lo contrario su belleza su implacabilidad, su fuerza y destreza en la caza, legendaria en otros tiempos ha ido disminuyendo con el tiempo, y cada vez lo hará mas, no por ello me alegro, solo es lo que es y nada mas.

Es curioso pero en un tiempo anterior en el pleno uso de mis facultades como cazador, las hubiera evitado pues no sería enemigo ni medianamente aceptable para ellas. Pero hoy son las otroras poderosas quienes temen y huyen despavoridas. Solo cazaban y cazan presas fáciles, descuidadas, eso las ha hecho que no perfeccionara sus técnicas de caza, que no tuvieran que esforzarse y en consecuencia ya están fondonas, acomodadas. Solo aptas para presas bobas y jóvenes y e inexpertas....., ahora han pasado a víctimas propiciatorias.


Se puede nacer bello e inteligente y maravilloso, y de joven podéis presumir de eso, presumir de algo que no habéis ganado, de algo que el azar os ha concedido, pero yo os digo que eso no es para sentirse orgulloso, sino para echarse a temblar, por que los menos agraciados han sobrevivido y ahora sois sus presas.

Correr y y esconderos mis bellas bestias quizás hoy sienta la necesidad de cazar alguna...