El clériman

Si nunca le parecen ser bastantes
los tiempos que a mi alma encomendó,
tendré que decir yo
que son bien elegantes
las formas de ese traje color negro,
que por amor y vocación vistió;
y armónico, no escucho unos andantes,
¡sino aquel tempo exacto de un allegro!

 

Me sabe a un paso efímero por las labores sacerdotales. Saludos cordiales, Salvador.

 

No, no tuve esa vocación. Para mí ese traje y quien lo ha vestido siempre me ha proporcionado motivo de consuelo y alegría. Una manera de dar gracias.
A ti, mi agradecimiento por este comentario y un abrazo afectuoso.
Salvador.

 

Bonita forma de agradecer.
Un gusto pasar.
Un abrazo.

 

Buena reflexión para un epitafio, aunque yo no crea en el culto a los muertos.

 

Celebro que así lo veas, querido Ángel. El placer siempre mío de recibirte, ya lo he expresado en otro lugar. Un verdadero placer.
Gran abrazo, compañero.
Salvador.

 

Como no sé bien interpretar este comentario, me limitaré a agradecer la lectura y la presencia en mis letras.
Afectuosamente, un saludo muy cordial, estimado compañero.
Salvador.

 

Enigmático poema, grato leerte

 

Es un homenaje a esa vestidura y a las personas que los llevan. Muchas gracias por esta amable compañía.
Con un abrazo fuerte y fraterno,
Salvador.