El coñazo de los Nódulos Blancos

El coñazo de los Nódulos Blancos​

Los datos acorralan la luna en llamas arrasando la atractiva teoría de la luz que es ciencia exacta, evidencias que implican la propia luz de los objetos por la onda consecuencia gravitatoria. El gran error de la comparativa suma conjuntos infinitos, ingredientes que conforman el montaje de la frecuencia indiscutible; escondite subatómico que choca con la órbita del cuanto en el punto Galileo, y el Newton más castizo se separa dando paso al relativo precipicio de la equivalente, electro y magnética, fuerza de los disparates. Este estudio, que implica el origen del improbable suceso, hace a las constantes adquirir unos valores fenoménicos y polisémicos, donde todo es posible debido a la curvatura que descalifica a las leyes, y seduce a las leches más lactantes. El diamantino planeta es la evidencia más amarga, en cuya razón de ser tienen puesto el objetivo los ladrones del ladrillo. Los bancos con su luz embaucadora nos prestan material, y saben, que nunca llegaremos, por la incapacidad de nuestras herramientas, a lograr construir el beneficio presupuestario, ya que moriremos en la evaporación que producen los intereses relativos al deseo inalcanzado, incluso, si alcanzáramos la meta, nos evaporaríamos por viejos no sin antes pagar la tasa, irradiación, de una multa, o bien por plazos en el seguro, o por cancelación anticipada de la deuda que sin embargo nos remite a la totalidad de la riqueza bancaria como partículas virtuales de su universo. Pero sueño, y ya no sé si estoy vivo o estoy muerto, y tampoco si mi padre vive, o no. Pero sueño, sueño con la vida, y ya no sé si es vida que sueño, o sueño que vida, sólo sueño yo… Que ni existo, que ni muerto, que ni paso, que ni un banco en que me asiente, que ni magro ni vapor, que ni un halo soñoliento, sólo rey, pero ladrón.

¡Dejad de llorar a las vírgenes!, que vírgenes hay pocas; llorad más bien en las cruces, leucemias de castigos que roban el placer, y son virus que no replican sin vuestra libertad, que los acoge sin medida y os mata llegando a ser el rey, para morir satisfecho de vuestros instintos que seducen suicidios. El remate se desploma sin presidente que repare. Reparad la sombra… ¿Sombra el aire, o las partículas suspensas que esperan el detalle? Por eso os digo yo, que aún soy alguien, que como el aire seréis cautivos entre las nubes libres, que morirán para dejar la clave, el agua necesaria, y el viento impenetrable. Los nódulos blancos lo saben, necesario será un trasplante de médula, y que el capital no reproduzca los males. Vendrán, naturalmente, los detractores al paso, pero no hagáis caso y no debáis nada a nadie, que deber es no deber, y tener sólo es poder; que saber haber tenido, es querer y no poder sostener lo recibido, así, tener y no tener son medidas y fracasos; mejor será volver y recoger los objetivos, fundamentales y relativos, religiosos, pero en esencia son un coñazo.