El condenado

El condenado

El condenado sueña con esperanzas de morir libre, sueña con oler
El cielo estrellado y poder esnifar una nube.
Sueña con plantar una rosa para arrancarla de sus dominios reza por entrar al cielo y conocer a sus padres.
Pero solo le queda ejercitarse y comer el sol que cae por su ventana cada mañana de domingo a las 7:00 en punto. La verdad es que no nace aun, nadie sabe del condenado ni de su condena, no muy apropiada de hecho. Es viril por que aun no prueba el sabor adictivo de una mujer. Sueña, se auto estimula con el verbo sabio; y rompe en llanto al saber que es anti natural.

Pobre del condenado, que no sabe de su condena, sus perfumes lo asfixian y sus pensamientos lo invaden de rabia.
Solo le queda esperar y esperar para ser libre; lo que no sabe es la ironía que tendrá que soportar, salir de su sistema para en otro, donde tendrá que vivir su condena en libertad.

A.LILITH

 

creo que al final todo llevamos esa condena dentro creiendo ser libres pero no en realidad. Muy buenas lineas las que nos dejas
Un gusto pasar

 

Paradojas de la vida. Una buena reflexión. Un gusto leerte. Saludos.