el conejito hambriento 2ªparte

Pobre conejito a manos del cazador, que sin dudar avanzaba dejando atrás el hogar que día a día lo vió crecer, pobre conejito que por no saber ver, no supo dónde se metía. De pronto el cazador dió un patinazo que dió con los huesos en el suelo, su cara cayó de pleno en un montón de hojas verdes algo mustias pero que se pegaban con fuerza a su cara, tuvo que utilizar las manos para desprenderse de ellas y a su vez dejar al conejito en el suelo, pensando que inconsciente se encontraba. Pero no era así, y el conejito, con sus patitas echó a correr, mientras mirando hacia atrás vió como lo que había hecho resbalar al cazador, había sido la zanahoria que había despreciado, y lo que intentaba quitarse de la cara, eran las hojas de la lechuga que no fueron de su agrado.

 

En éste caso el no haberse comido la zanahoria ni la lechuga le salvó la vida al conejito, Moraleja? Todo pasa por una razón!
Un beso.