El cuerpo

Ahí está tu cuerpo tan bello como siempre,
reconozco esa silueta perfecta,
reconozco esos cabellos brillando como una mina de oro,
reconozco esos ojos cerrados porque cuando te besaba, yo si abría mis ojos,
hasta ese silencio lo reconozco,
porque ahí me escondía para pensarte.

Yo estoy sentado aquí esperando que despiertes,
porque hoy no te dije: Te amo.
Aquí te espera el de siempre con su racimo de flores barato,
pero millonario en fe,
aquí te espera, como todos los días,
éste pecho empeñoso, que se ha llenado de temblores porque ahí su corazón se convirtió en volcán que retumba por ti.

Ahí está tu cuerpo y en él, tus años vividos.
Siento que, aunque no te mueves, te mueves y vienes hacia mí,
ahí está tu cuerpo y cerca de él, mucha gente rodeándolo,
algunas no las conozco, pero creo que tú sí.
Me alegra de repente saber que eres el centro de atención...Y te espero.
Espero a que te desocupes y dediques más tiempo para mí.

...La sala de nuestra casa está llena de flores, pero no sé si son alegres,
la gente que vino a verte, se va contigo y creo que me estoy quedando sólo,
mis flores se están marchitando,
pero yo insistente te sigo esperando, recordando todo lo que vivimos.

Sin embargo creo que,
finalmente se llevan tu cuerpo,

no sin antes entender que tu alma había partido antes y con ella también la mía.


Ricardo Felipe
El último bardo