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El Descarriado

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Edouard, 4 de Noviembre de 2017. Respuestas: 2 | Visitas: 419

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

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    15 de Marzo de 2016
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    Hombre
    De un metal fundido es la palabra que resuena en la cavernosa boca de tu propio infierno. No tienes derechos de perdón en el asilo hipócrita de las hermanas de la caridad. Y tú, tozudo, enseñas una lengua negra. Tan contaminada como lo está tu maltrecha alma de orificios de cristal. Te gusta escandalizar. Eso te divierte. Pero, lo que no sabes es que estás destinado en el corredor mahometano de un destino no muy lejano, a perder los ojos rojos con las severas tenazas de verdugos en chal harapiento. Corres siempre en dirección prohibida. Para que así te llamen la atención. Y puedas soltar amarras de un odio furibundo hacia la bien llamada sociedad. Mira y siente el eco lascivo que recorre, como una vil rata, tu entraña atiborrada de ron caducado. Es hora ya de morir a manos de tu propio demonio tutelar. Para que así, tú, el descarriado, no dejes huella mortal en ese estúpido mundo azul al que llaman planeta tierra. Así que haz el favor de desvanecerte.
     
    #1
    A homo-adictus y Anne_ les gusta esto.
  2. Anne_

    Anne_ I killed Bukowski.

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    Siempre me llama la atención cuando la gente se queja de la sociedad, como esta si fuese culpable de sus decisiones unilaterales, ¿ Qué problema tienen contra el pobrecito mundo? En fin, ¿ Antivirus quizá?
     
    #2
  3. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

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    homo-adictus, tal singular tarugo de poca sesera se enorgullecía en prestar rencor obtuso hacia sus cívicos semejantes. Él, que estaba podrido por dentro. Hasta en las mismísimas entrañas inoculadas por el vicio del alcohol depauperado. Se sentía superior. En su insana locura recalcitrante de una caótica plaga de deseos quebrados por la vil peste de la lujuriosa apariencia de superioridad. Pero, como no podía seguir así, tuvo que acabar por perder las fuerzas de su soberbia. Y acabar por dimitir en el vaho negruzco de la nadería que absorbería su esencia enfermiza. Atentamente Edouard.
     
    #3

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