El dinosaurio no se fue

De un momento a otro me voy dando cuenta de que el mundo se ha vuelto loco, casi nada concuerda con lo que recuerdo.
Ahora la puta se enamora y la esposa cobra por entretener a los que se aburren como ella. Cuando amaneció el Sol se encargó de hacer todas las sombras y al caer la noche fue la Luna la que hizo que el mundo se viera brillante. Esta mañana vi flores en el campo de la ciudad, me acerqué a ellas, todas olían a oro y papel moneda.
Pasaron los días y fui descubriendo más y más cosas que me hicieron dudar que hubiera despertado en el mismo mundo en el que dormí, incluso he imaginado que jamás desperté, que todo esto es un largo sueño.
Siguieron pasando los días hasta que encontré algo que me hizo cambiar mi opinión de este lugar: el dinosaurio seguía ahí.
Al ver a ese monstruo escamoso, a ese colmilludo de sangre fría que le mandaba a la gente, recordé mi antiguo hogar y, me di cuenta de que en realidad no había cambiado, yo abrí los ojos.