El don de la libélula

Las líneas precoces del hambre
la exuberante calma
los famélicos desbordes
la opresión opulenta de tu risa
el Chanel no.5 desde la espalda
añoro jugar vistiendo
tacones, tuyos.

Pregunta que juega entera
a transformar la chimenea
del ghetto polacoc sus flancos irascibles
en la dorada sala kitsch
de tu casa. Hondonada venosa como
el habla de tus manos.

Heroína anormal horneando
en mi cumpleaños,
narrando con ansiedad
el increíble
bosque de libélulas
que acampaba
aquél alambre invencible, escarchado, solo odio,
solo historia.

Tu ropa negra de satén
pinta mis labios de perlas
orgullo y
resistencia.
No querías perdonar a Dios, abuela
y excedes mármoles
inmemoriales
memoriales
esvásticas.
Ahora sos la hora de la alegría.
La Reina Libélula, resiste.

A mi abuela, sobreviviente de Auswitch.

 

Es un bonito y más que merecido homenaje. Un saludo cordial.

 

Penabad57: muchas gracias por tus palabras.
Así lo sentí yo, en el momento de esa creación.
Un saludo afectuoso.