El durmiente

[¿Quién golpea aquella fría ventana?
Los inviernos de mi vida tristes penan
Los suspiros neblinosos vuelan en el tiempo,
Para este amor vagabundo que muere durmiendo.

¿Quién golpea la fría ventanilla?
Fríos son mis amaneceres, sonetos de llanto.
¿Cuántas veces bajo este corazón silencioso brotan lágrimas?
Mis deseos germinan amargos, dolorosos para tan pequeño corazón.

Cada galaxia infinita duele,
Cada astro a lo lejos muere,
La fría nebulosa polvorosa de milenios
El cálido solsticio, sigue muriendo.

¡Tantas noches viles! ¡Tantos amaneceres olvidados en lágrimas!
Para ver la silueta oscura y amarga del hada entre la seda y la tela.

La lágrima quema esta alma, el hada vuela en encanto,
Caudaloso es el suspiro del triste amanecer
¡Los segundos duermen!, ¡Los milenios pasan!,
El hada llora y mi vida pasa…

Hada celestial de estación y flor, dolor y llanto,
Sucios son los ojos humildes que te miran
Vago el corazón que te siente
Caudaloso el suspiro de mi alma que al mirarte, de amor muere.

¿Qué hace el hada, de amor y bondad por Dios dotada una mañana fría de este invierno que me quema?

Hada celestial por Dioses coronada,
Cura este corazón enfermo, lleno de terror dotado.
Toca con amor el silencio funesto de estos labios,
¿Cómo puede de amor morir el hombre?, y de tristeza vivir esta vieja alma.

Hada celestial, por los siglos guardada.
Eres lo que hace eterno este sueño,
Pequeña e infinita,
Contemplar tu suave vuelo en el nuevo día,
Mirar tus ojos profundos, destellantes de encanto.


Naces del silencio en mi angustiante soledad, bella de la mañana astral,
Siempre distante, ausente en el amanecer lejano,
Siempre apareces, cuando de mí no queda nada…

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