El Eclipse

El sol cruel e impío achicharra los campos compactos,llenos a rebosar de trigo cuya semilla gime de impaciencia ante la bocas famélicas de los pobres mortales.Estos se mueven en contorsiones esquizofrénicas,mientras sus corazones bombean la sangre impura que corre por sus moribundas venas.Pero una estrella centelleante de sagrada esperanza eclipsa al astro rey y en un segundo de ráfaga muda la luna llena se apodera del firmamento ahora obscuro:sólo iluminado por ambos luceros de asombrosa enjundia perpetua y santificada por la benévola mano de Dios.Entonces salen de sus misteriosas madrigueras las alimañas de la noche y,alimentándose con la carroña de los hombres muertos de sed y hambre, se pavonean con el tizne purpúreo de la mancha carmín que quedará sellada en sus bocas blasfemas y corroídas por el pecado vil del hartazgo.¡Ay de aquel que ose contemplar semejante espectáculo con el ojo avizor e intuitivo del pensamiento puro!,pues sus pies de alabastro se despeñarán en un foso perpetuo donde miles de almas gimen de espanto ante la inminente llegada del sagrado numen de las miserias