El espejo de Marie Fredrik.

Cuento

El espejo de Marie Fredrik.

Todos hemos leido o escuchado alguna vez que hay espejos mágicos, espejos con siniestras historias o espejos como el de Alicia.
También hay otros que guardan imágenes, las inmortalizar y permanecen en su mágica memoria cada una de las personas alguna vez reflejadas.
Hemos sabido sobre estos ultimos espejos, que poseen ese don y que no todos los conocemos.
Sabiendo el truco y como funciona, podemos usar esa magia como un eterno álbum con las figuras y retratos de nuestra vida, donde el registro historico de todas ellas que pasaron por ese espejo nos hará tener su recuerdo permanente.
Marie Fredrik lo descubrió y aprendió a usar ese truco, supo sacar provecho de ese secreto y notable mecanismo de aquel espejo.
Una noche, viendo las históricas imágenes que desde niña el espejo le acercaba, sea de familiares o de visitantes, se encargó de cambiar el mecanismo inicial y adulterando los códigos secretos del espejo que este guardaba en su marco, produjo un desorden en la configuración natural del reflejo, donde ya activado y posar frente del espejo, no le extendía las históricas imágenes que acostumbraba ver, sino que la reflejó a ella misma en el mismo presente.
No podía creer que con su curiosidad, ansiedad y su imprudencia de jovencita pudo dañar y malograr esa cualidad de su particular espejo.

A los días, vuelve al espejo, ve que su imagen sigue siempre reflejandose en su presente, que el mecanismo histórico no se activaba, ya no hay más magia y ese interminable álbum de imágenes históricas parecía haberse desactivado.
Se acerca y lo golpea con furia como desahogo de su malestar. Al verse reflejada desde tan cerca, notó que la imagen de su rostro no era la que había visto minutos antes.
Notó alguna arruga más, otras más profundas, aunque apenas un poco. Asustada corriendo salió de ese cuarto.

Tanto fue su disgusto, que no volvió al espejo por unos meses.. sintió el miedo que ese ultimo reflejo haya cambiado, haya variantes y su sospecha se convierta en realidad.
Al poco tiempo, no pudo sostener la curiosidad, tomo confianza y se presentó nuevamente frente al espejo...

Lo que vio la inmovilizó, sintió un golpe desde el interior en su pecho, elevó su mano tapándose la boca, quedo contestada. Se reconocía pero su reflejo era como si hubiese pasado 20 años o más..
Se veía no tan joven como era en ese momento con apenas 16 años.
Marie parecía de 35 años o más..
Su pelo tenía algunos matices blanquecinos, su piel aún tersa, pero le reflejaba algunas marcas típicas del paso del tiempo... en su frente se pudo ver una cicatriz, no era profunda, pero si evidente.

Se tocaba, se miraba, explorando su rostro se miraba en el espejo con desconcierto.
Que está pasando? Acaso como sospeché en un primer momento el espejo esta reflejándome en el futuro.? Así seré.? Con esas canas de tan joven.? Con esta cicatriz en mi frente que aún no se como pudo sucederme.?
Que más puedo descubrir en este reflejo, mi imagen de futuro..?
Abre su vestido, nota que su vientre le reflejan estrías propias de embarazo.. Entre sustos y curiosidad se nota más desarrollada, más busto, un poco más de caderas, más alta; Se percibe bella, se le nota raramente confusa pero encuentra el juego del espejo interesante, aprende a verse con pausa y dispuesta a desentrañar el futuro, su físico futuro en el reflejo de aquel espejo la atrapó.
Pudo concluir ese día, entre otras cosas, que en un futuro tendrá hijos, desde joven tendra algunas canas en su pelo y llevará una cicatriz en su frente. No puede saber cómo le sucede esa herida, el salto en el tiempo deja muchos sucesos sin explicación.
Pasan años, Marie evita verse reflejada en el espejo, no quiere saber que sorpresas puedan revelar algún tipo de sospechas que la puedan entristecer. Prefiere que el destino haga su parte.
Pero aún siendo una joven ya de 25 años decide ir nuevamente al espejo, el tiempo pasa y no tiene un amor en vista, no tiene hijos y esa cicatriz todavía no llegó a su frente.
Se acerca al espejo y su reflejo de mujer es notable, pero el paso multiplicador del tiempo en el espejo progresa de manera implacable.
Se redescubre de unos 50 años, su pelo más blanco, casi totalmente blanco.
La cicatriz en la frente sigue más visible aún, a igual que todas esas arrugas de su rostro.
Nota sus parpados caídos y una mirada triste, como teniendo un mensaje que no puede identificar, pero la mirada de tristeza es evidente y sus ojos no tienen el brillo con el que siempre se vio.
Marie se descubre en el reflejo del espejo con un mensaje abrumador.
Esta vez las certezas son ciertamente desalentadoras..
No solo en lo físico que más allá de todo uno, poco más, poco menos, puede intuir.
Su zozobra esta en su mirada que reflejaba tanta tristeza, sus ojos sin esa luz de la que se siente tan dichosa.
Abandona el espejo, no puede sostenerse un minuto más frente a él.
Marie se lamenta todo el tiempo el haber ido al espejo, pero es una fuerza que la traiciona, no puede dominar y abandonar esa energía que la conduce a él.
Puede evitarlo y puede manejarlo pero solo por un tiempo, más tarde o mas temprano caerá en la tentación de llegarse nuevamente al espejo.
Pasa el tiempo.. apenas un poco más de un par de meses, Marie descubre el amor, esta en un momento maravilloso de su vida... y se prepara para una aventura de vida ideal.
Las cosas le van saliendo como nunca sospechó que podrían ser. Amor, hijos que ya sabe que los tendrá y una próspera vida familiar por delante.
Le confiesa a su pareja la historia del espejo, necesita llevarlo para que vea y verse en un futuro como pareja. Él no acepta la invitación, no quiere saber por adelantado su reflejo en el futuro...
Ella en un arranque de disgusto, sube al cuarto del espejo, se pone frente a él y nota que no logra distinguirse, el espejo no la refleja. Ni su rostro con su mirada triste, sus arrugas, canas ni cicatriz. Su reflejo no está en el espejo. Desconsolada busca la manera que el espejo la refleje, pero definitivamente su imagen, su cuerpo ya no está en el espejo.
Abatida, busca una explicación que no sea la que está pensando, siente pánico al entender el mensaje del espejo, pero no le quedan dudas.
Desde ese momento supo que el espejo le dijo que su vida había terminado.
Buscando una manera de entender el destino, Marie concluyó.
Seguramente me casaré, tendré hijos, tendré un accidente que dejará una marca en mi frente, llegaré a ser una persona adulta que pasados los 50 años me atrapará cierta tristeza que hoy no puedo identificar, para unos pocos años después abandonar esta vida que agradezco, no puedo identificar el momento exacto y como a casi cualquier mortal, terminará sorprendiendome.
Marie sale del cuarto del espejo, no sin antes destrozarlo.
Marie Fredrik conoció su futuro, sabiéndo que su presente, es el pasado.

malcolm.
Septiembre 2021.


Inspirado en desenlace del poema "Cambridge".

"Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos."
Jorge Luis Borges




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Buen relato, Malcolm. Ciertamente, no es bueno vivir del reflejo de hechos pasados ni es bueno adelantar un futuro que aunque incierto, se prevé. Anclarse en el momento presente y disfrutarlo como si fuera lo primero y lo último, es lo más aconsejable. Me gusto mucho porque encierra una gran enseñanza, así que, te envio mis felicitaciones junto con un abrazo y mis mejores deseos para ti en este nuevo año.

 

Muchas gracias por tu comentario Bella, que valoro y me alienta.
Agradezco tus deseos por este año que comienza.
Igualmente para vos.
Abrazo grande.