El espíritu del lago

Era mi rutina tocar mi hermoso piano en aquel lago oscuro mágico y tétrico que hacían siempre juego con mi largo vestido negro que lograba que mi piel se notara más blanca de lo normal.



¿Estaba bien que sintiera que alguien me observaba?



Cada tarde, cada noche…



“Déjate ver ser cobarde, ser observador!”



Solo aquellos arbustos seguían moviéndose, el viento rozó mi rostro dulcemente haciéndome sentir mucho temor.



“No es cobardía; es admiración dulce doncella, de su manera de tocar según sus sentimientos cada tarde, cada noche”



“¿Por qué un caballero como usted querría admirar mi profundo y triste pasatiempo? Si es eso lo que es y lo que siempre será”



“Solo es triste para usted y seguirá siendo solo para usted. ¿A caso no ha notado usted que mientras sus estremecedoras lágrimas caen lentamente sobre las teclas de su hermoso piano las mariposas giran sobre usted, el lago brilla, el viento sopla mientras el sol se oculta y la luna aparece logrando así un feliz conjunto musical?”



Un minuto de silencio empezó a hablar por medio de sus miradas que comunicaban confusión.



(No se si me ha llamado egoísta o si cree que tocaré para otros seres)… Pensó.



“Nunca nadie me ha hablado de esa manera”



“No piense usted bella dama que la ofendo, no toca sola”



“Pero lo estoy”



“Lo está porque quiere estarlo”



“¿Pero por qué usted me dice todo esto? ¿Por qué trata de ayudarme?”



“Porque usted me ha enamorado con lo hermosa que es, con su habilidad de tocar, de expresar sus sentimientos y de mirar”



Tomando mi mano se ha sentado junto a mi, delante del tentador piano.



“Ahora tocaremos juntos, no mires a tu alrededor, siente tu alrededor y permite que este te sienta”



Pienso ahora lo hermoso que es tocar junto a alguien que te amaba en secreto, que te escucha y que te hace ver la realidad de las confusiones ya marchitas.



“¿Por qué lloras dulce doncella?”



“No estoy triste, lloro de alegría”



“No comprendo… ¿Por qué estas alegre?”



“Porque ahora sé que no estoy sola y también por haberte conocido amable caballero, me conoce más usted a mi de lo que yo debería conocerme”



“No es su culpa, es culpa de lo malo que sucede en el mundo y no deja ver lo especial, nunca conocí ni conoceré a alguien como usted, me has invocado todo este largo tiempo por medio de tu piano que conduce a bailar mi lago”



“¿Su lago? Y… ¿Es que a caso le pertenece?”



“Solo quiero despedirme con tu linda música y el recuerdo de que te hice sentir feliz”



Nos hemos besado, he abierto mis ojos y lo que he observado fue extraño. Desapareciste sin razón alguna y no volviste al lago.



Te visito a tu lago de vez en cuando. Te regalo algunas notas, no recuerdo haber escuchado tu nombre y entre otras cosas… Comunícate siempre a través del viento rozando aquel maravilloso cuento en secreto.



(Quizás no me escuches ahora mi doncella especial pero los elementos seguirán siendo tu banda sonora. Dormiré en paz al saber que me enamoré y que no te olvidaré. Mi lago te regalo mientras tu piano sea escuchado)

Andrea Gotah