El fin de un cuento en un principio de junio

En una cueva ascendiendo entre las piedras, el Sol tiende sus brazos y me dirijo hacia el divino abrazo, el fuego me espera en el fin de su santo ciclo, huelo el olor de las cenizas, siento el amor en pleno vilo y escribo así esta experiencia iluminada por lo oscuro, que es tan bello como la sagrada luz de lo negro, lo grandísimo en el espacio eterno, lo pequeño en el ojo de la estrella.

Era pequeñita Ella, de dulce mirar y sonrisa infinita, y cada uno de sus silencios era la salada tortura del mar. Renacía en cada uno de ellos, era un ser tan vil como malvado. Sólo amaba a la noche para cantarle a la luna. Era su corazón, pálido como el velo de la magna Madre, blanco como la suma de todos los colores en la dilatada pupila del Sol. Su paso era como una estrella fugaz que amaba la vida en cada caminar, sus movimientos eran la expresión eterna del amor universal; no había nada más allí fuera que no le pertenezca a Ella, la totalidad del Beso Inmortal. La Creación de la Existencia.
Yo estaba perdido saltando de isla en isla en el corazón de un océano azabache, flotando entre los leves pastizales de un paraíso enamorado, caminando a veces sobre el agua, etéreo cristal reflejo de mil purezas perdidas en el tiempo; hasta que la encontré, eso creí. La verdad había sido otra. Ella me había encontrado siguiendo los ecos de los latidos de mi corazón que se expresaban melancólicos en mi nocturno cantar, y yo, niño ingénuo hijo del sol y amante de la luna, por dar sólo unos paso creí encontrarla a ella, ¡pues hace cuánto que se venía acercando a suave paso! Latentes palabras hoy se me expresan desde las entrañas: qué importa, nadie te robará lo vivido en los comienzos del Fin del Mundo; y lo que más importa, el encuentro de dos almas eternas que en silencio se amarán por toda la eternidad. Tú y los dioses saben que es real. Muevo la pluma solitario en la cabaña y te recuerdo, siempre, con la llegada de la noche y de la luna, y ante las puertas del sueño todos los días me despido con un beso. Escribo una Lágrima que se niega a abandonarme, entre la bóveda y el averno, lucha por mantenerse en equilibrio. No es un imposible.
Más de dos mil años en esta tierra y hay algo que jamás voy a poder comprender: cómo puede alguien escaparse del Amor.
Estaba maldito, sí, pero el Sol me quemó sin compasión al corazón. Gracias. Sin piedad debió ser. Hoy veo todos los colores.
Ella sólo estaba haciendo su trabajo. Todo lo que nació para iluminar debe necesariamente iluminar. Yo fui iluminado. Ahora se marchó... se marchó. Yo fui abandonado. Otra vez estoy solo acompañado de tantas estrellas que forman dibujos en el cielo, como el universo. ¡Oh, corazón...!, ¿de qué sirve ser un sol sin sus planetas en constelación? Hoy deseo ser un cometa. Volar como un andino colibrí en viaje sin destino por el sin fin del tiempo y el espacio, por siempre y para siempre, hasta el más allá.
¿Debo volver a ser un demonio para que Dios me envíe un ángel? ¿Debo intentar destruir el mundo para batallar con las amazonas? ¿A cuántos hay que matar para que un rayo de Zeus me atraviese el corazón? — No, no quiero el Cielo o el Infierno, quiero a la querubina. En donde sea, pero con Ella.
En fin. Si ya estoy despierto, deseo soñar. Si estoy solo, deseo dormir. Si estoy acompañado, ¿volamos?, que el horizonte es una esfera. Mientras tanto, divididos por la astronomía. Debemos unirnos, si lo que ansiamos es la Libertad.
Ah..., si lo hubiera sabido antes, jamás me hubiera dejado del todo iluminar como una sombra que busca su colmillo en algún patio de Libia, para permanecer siempre junto a Ella. Lo sé, Leonardo, porque estoy conmigo es porque estoy con Ella, porque estar solo es estar con todos, pero yo respondo, porque amo mi soledad es porque la amo a Ella, porque me supe amar a mí mismo, es porque la amo a Ella, porque pude comprender, entender, ver, palpar, sentir..., sobre todo eso, sentir. «No es amor el amor que obliga al distanciado a distanciarse», sé que ahora mientras escribo estoy con Ella, y cuando duermo y cuando vivo, sí, pero ¿Ella está conmigo?, no pido el egoísmo, sólo una sonrisa, ¡y oh...!, la siento, ahora la siento.
Me voy feliz. Sigo mi camino. El camino es largo. Hay un Pegaso que me espera en el jardín para atravesar todas las flores que al azul del cielo perfuman, ¿nuestro destino?, quién sabe y qué importa, sólo sabemos que tenemos mil caminos y un destino, eso nos basta.
Y con una sonrisa me despido.

 

Nýkolas:
Leo, solo dejo que pase vuelvo a leer y lo revivo. Dádiva que es bálsamo de un ánima. Gracias por escribir así y llegar al fondo y dejar su estela, ese brillo de sus líneas que dan significado a cada uno como lector. Solo yo se lo que a mi trastocan. Un mes de junio, algunas líneas, toda una vida, toda una historia entrelazada. Lo que para usted es ciencia ficción, terror, aventuras e intriga, para mi puede haber sido real.

Gracias por compartir mágicas letras poeta pródigo, abrazos y besos desde acá♥

 

Oh mi estimadísima Grace, toda línea es real: de la nada, nada sale. Si bien aquí, estrecho y amplio espacio, hay secciones que ameritan la organización de los escritos, pues, ha sido donde he de considerar este, como "ciencia ficción, terror, aventuras e intriga", puesto que, aunque no soy muy partidario de la categorización de la prosa y los poemas, puedo aún así comprender lo que podría llegar a ser catalogado como, al menos en este caso, ciencia ficción e intriga. Ya que para mí estas líneas han sido más que reales, verdaderas, y sin ningún hecho no habrían de haber sido posibles. Mis más cariñosos saludos, Grace. No sabes cuánto me alegra y feliz me hace sentir el que comprendas estas letras, tanto así que las tomes como tuyas, lo cual es un magnánimo honor. Salud.