El foro de los lamentos

Estaba sentada en la cama completamente desnuda, el torso de la espalda y el brillo de la luz a las 6:30 de la mañana la convertía en una belleza otoñal y pura. Sus senos, su estomago inflado, sus piernas delgadas y blancas , se empezó a vestir , siempre que dormía se comenzaba a quitar la pijama por que las cobijas la atrapaban ahogándola de calor, por eso al verse desnuda tan temprano ponía el camisón.

Su cabeza le pedía todas esas mañanas una historia que imaginar, veía el cigarro que estaba a lado del café…la cruda de ayer con unos tequilas le hizo que la moral la levantara temprano a pesar de haberse dormido a las 4 de la madrugada.

Se comenzó a imaginar unos cuervos que estaban parados en una rama de un árbol muy flaco y grande…. Tenían las cabezas de unos hombres viejos miraban hacia abajo diciéndole que los otros ; el orgullo y la pasión pronto se acercarían a despellejarla viva, se desmayo en la historia de su imaginación y con la vista perdida en el cuarto de su verdadera vida. Ese desmayo fue como si su cuerpo tuviera un adhesivo peculiar que la pegaba inmediatamente al suelo.

Llegaron el orgullo y la pasión diciéndole que no debía tener miedo ante su presencia, que había otros más poderosos que ellos.

-Pero ellos querida, no te van a despellejar viva, como nosotros, ellos van a sacar el aliento de esperanza que llevas , que , por cierto , viendo el medidor que tienes en la frente te queda muy poca, eh!- Inquirió el orgullo.

La reacción en el pensar de Ruth era inverosímil, estaba en un panteón con unos hombres corvux , clavándole la mirada ante cualquier intento de movimiento que hiciese y a lado de ellos se acercaban las nubes grises y negras con una densidad volcánica que la ahogaba los pulmones .

Ruth en la realidad.

El cigarro se consumió, la famosa lagrima se vacio ocularmente, enfrente estaba el baño la puerta abierta se lo indicaba , el haz de luz reivindicaba la primera hora y media del amanecer.
Otro sueño despierto, otra lagrima que rodaba y que apagaba lo caliente de sus piernas.

Aun no sabia que era lo que le pesaba en el cuello llegando hasta el orificio que la había alimentado. ¿Quiénes eran los poderosos que faltaban?, ¿Qué tendrían que decirle? ¿Moriría clavada en ese suelo?

Ruth en la realidad.

Una mueca, unos ojos redondos color miel ya maduros buscaban respuestas a esas visiones. Solo eran eso, no tienes por que estar así Ruth cargando tanta duda y tristeza , acaba.

Sin embargo la Ruth de sus sueños le recordaba que en la realidad las heridas de lo onírico podrían comprobarle que no solamente fue así, se reía burlonamente y con despecho al darse cuenta que en la espalda tenia cicatrices y en la cama una mancha de sangre cada vez que se miraban en el espejo.