El fracaso en tiempos de amoríos.

El fracaso en tiempos de amoríos.
Servir una copa de vino, acomodarse plácidamente en el sillón marrón bajo música con decibeles bajos, así se escucha mas amena nuestra conversación. Cortes, es mi comportamiento: ¿Quieres un trago mas?, en donde pongo tu abrigo, siéntate aquí, enfrente de la fogata primor.
Mi historial amoroso es una obra teatral dramática, y en ocasiones con funciones de comedia, donde no precisamente soy yo el que ríe. Seduzco con una ingenuidad que los Dioses allá arriba seguro mandarían por mi para llevarme al inframundo, pues en ocasiones he tenido a tres féminas esperándome en un solo día. Y quizás no las merezco.
Pero entre más placer, más agonía se encuentra en mi cuerpo. Tres botellas son suficientes para sentir la Gloría. Si ella es mi dama actual. El amor más corto es ese de doce o quince horas, donde vivo como una pareja acabada de casar, solo en los mejores momentos. Al salir el alba, no queda más que salir por el desayuno, ahí donde vuelvo a ser un divorciado en busca de la relación más larga, esa que dura toda la vida.

 

Muy buena prosa, la frase final la resume perfectamente. A veces puede más el momento, sólo a veces, aunque nada reemplaza eso que en algún momento se pierde en la rutina, esa historia, como lo escribiste, que dura toda la vida.

Saludos, cordiales por supuesto.