El globo, Valentina y Paulo

No lo veían, ignoraban su presencia. El globo o la nube que los hacía llorarse a si mismo, se posó en la ventana para descifrarlos. Ella, azul, liviana, mujer de porcelana que adora ser quebrada, unida y deseada. Él, rojo, pesado, hombre de papel que se estremece en un suspiro, que juega con las palabras y toca el alma cuando los huesos tienen hambre. Ellos estan quietos, la película se mueve delante de sus ojos como un perfecto acontecimiento terrenal, sus pensamientos van más allá. ambos se están imaginando en otra realidad. Nunca se han necesitado, no se necesitan. Tampoco se han besado, no se besarán. Ellos esperan con los bolsillos vacíos, con los miedos atrapados en esa cajita musical que tiembla desde su neurosis de nunca acabar.

Él entrelaza sus dedos en los de ella, no hay oposición, la química hace maravillas en dos seres nucleares. Ella sonríe sin sonreír. Es la décimo novena vez que se toman las manos en el día. Ella no lleva esa cuenta, él quizás si. Huelen a sentimientos nuevos, se caminan sin moverse y el mundo empieza a achicarse, todo gira a través del nudo creado en las manos. La escena es muda, el tiempo parece estar congelado en ese ir y venir de dedos que en dedos suman mas de mil. Se restan, se quieren de una forma nunca antes concebida. Él se odia, no sabe lo que ella piensa. Ella se odia, no sabe lo que él siente.

Dos, trés días han pasado en una hora de esta noche. A ambos les incomoda la situación. Han crecido hacia atrás, todo lo que fue real ha sido mentira mientras se miran. Hablan con los ojos y con la boca. Se preguntan, se alejan de todo lo onírico. El globo se desinfla, ha leído la mente de él. Él piensa, no, él desea explotar dentro de ella, sesgarle la cabeza, romperle los brazos, quedarse con sus piernas, dejar todos los sentidos en su vientre, todo para sentir como se evaporan sus miedos, todo para lograr sentir cada centímetro de su ser ardiendo en fiebre por su locura sin destino cierto. Y ella, más inexacta, más segura de poder herir los hilos de la futura memoria, hace gala de su encanto macabro. Como bruja en su vida anterior empieza a hervir ambos cuerpos sin temor a lo que ocurriese. El globo vuelve a nutrirse de fe, el corazón azul tiembla, el corazón rojo todo lo sueña, se unen, son dos entes violeta en ese estado secreto que se ha creado. Se miran, ya no hay palabras, amagan besarse, son las 6 am deben dormir. Hay dos ojos que fueron devorados, ella mastica y vomita su temor. Ella lo va a soñar, se siente desnuda frente a él. Él no podrá apagar la luz de sus pupilas otra vez. El globo por fin los atrapó.