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El helicóptero de la muerte

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por Espanto, 30 de Enero de 2012. Respuestas: 1 | Visitas: 4896

  1. Espanto

    Espanto Poeta recién llegado

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    Dicen que la muerte es lo más seguro que tenemos en la vida, sin embargo, un joven llamado Dominc no pensaba lo mismo…

    La violencia ha incrementado tanto, que hoy las personas temen salir a las calles; y más porque se puede escuchar el sonido que provoca la hélice del helicóptero de la muerte…

    Sin descanso alguno, la muerte volaba en su helicóptero, matando a la gente, y divirtiéndose…

    Un día, en la universidad más grande de New York, se desató el pánico en puro recreo, cuando vieron a la muerte llegar en su oscuro helicóptero… La muerte empezó a disparar… y mientras muchos caían muertos, Dominic, uno de los mejores estudiantes de psicología, que era un niño genio, observaba aquella matanza con sus binoculares desde uno de los baños…

    Todos fueron acribillados, pero el deseo de sangre de la muerte era tan grande, que no se conformaba con eso… La muerte presintió que quedaba alguien con vida, por lo que aterrizo su helicóptero, y empezó a buscar…

    Dominic vio que la muerte se acercaba, pero mantuvo la calma; luego recordó a su familia, y sintió preocupación por ellos; en el fondo tenía la esperanza de que estuvieran sanos y salvos en algún refugio…

    A solo segundos de que la muerte entrara al baño, Dominic recordó unas palabras mágicas que le había enseñado un legendario hechicero; se sentó en un retrete, presionó la palanca de agua, pronunció las palabras mágicas y se convirtió en un pez… cayó al retrete, y escapó por esos túneles…
    Tras un largo rato, Dominc había llegado al mar, y se sentía bien por ser un lindo pez, libre de todas esas muertes. Dominc decidió vivir en el mar, porque le parecía un lugar muy tranquilo y bello.

    Un año después:

    Dominic se sentía demasiado nostálgico por la tierra, y por sus familiares; se preguntaba si todo marchaba bien… Luego de pensar por tanto tiempo, tomó la decisión de ir a la tierra, por lo que esperó que algún pescador enviara algún anzuelo al mar, para el subirse a eso, y llegar así a la tierra… aunque sean por última vez… Nadó hacia una carnada, y la tomó con su boca…
    Al llegar a la superficie, se vio en un bote… escucho los pasos de quien lo había pescado, y cuando lo miró era la muerte, que había tenido un día de pesca; el pez se espantó tanto, que hasta se volvió a convertir en niño…


    Dominic: -no me mates, haré lo que sea.

    La muerte: -“¿lo que sea?” dime… ¿sabes volar un helicóptero?

    Dominc: -Si… Si me perdonas la vida, podría convertirme en tu piloto, y así podrías matar a la gente con más facilidad, mientras yo lo vuelo.

    La muerte: -está bien, acepto. ¿Qué te parece si vamos a almorzar?

    Dominc: -claro, jefe, ¿Qué almorzaremos?

    La muerte: -bueno, voy a cocinar pescado, pero como no tengo estufa, ni tengo madera para hacer leña; usaré a estas 5 personas que tengo aquí, como leña para el fuego…

    Dominic se quedó petrificado, cuando vio que esa “leña” iba a ser su madre, padre, hermano, hermana, y abuela…

    Al llegar a una isla, la muerte encendió la leña, y se puso a cocinar pescado… Dominic tuvo que contener sus lágrimas…

    Al otro día, Dominc tuvo que trabajar en su nuevo empleo como piloto de la muerte; mientras el piloteaba el helicóptero, la muerte acribillaba a la gente con su ametralladora… La muerte no se imaginaba, que su empleado planeaba lanzarse en paracaídas, y hacer que el helicóptero caiga junto con ella, para que explote y muera…
    Dominic aprovechó el momento en que la muerte disparaba, y se lanzó del helicóptero en un momento oportuno… logró alejarse con su paracaídas, pero la muerte no logró controlar el helicóptero a tiempo, porque Dominic lo había dañado… por lo que cayó el helicóptero, y explotó con la muerte en su interior…

    Dominic se salvó, y lloró de felicidad… pero como ya no tenía familia, decidió volver a ser un pez, y a vivir en el mar, para siempre…

    Mientras Dominic nadaba en su nuevo hogar, recordaba los viejos tiempo, y se preguntaba si en aquel helicóptero quedaba algún otro paracaídas… luego escuchó una fuerte voz por detrás, que le dijo:

    -Yo también usé un paracaídas, y memoricé tus palabras mágicas…

    Cuando Dominic se volteó, vio que un gran tiburón abrió la boca y se comió… La muerte hizo su digestión, y vivió feliz para siempre…

     
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  2. Glendalis Lugo

    Glendalis Lugo Poeta veterano en el portal

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    Muy impactante tu cuento atrapas el lector , fue un gusto leerte saludos
     
    #2

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