1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El juego de la Oca

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por Pessoa, 15 de Octubre de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 1127

  1. Pessoa

    Pessoa Moderador Foros Surrealistas. Miembro del Equipo Moderadores

    Se incorporó:
    14 de Octubre de 2012
    Mensajes:
    5.171
    Me gusta recibidos:
    5.985
    EL JUEGO DE LA OCA



    • [​IMG]


      - ¡De oca en oca y tiro porque me toca...!

      - Cinco: un, dos tres.... como ficha y cuento veinte.
    • Los negros ojos de Laura, por un brevísimo instante centellearon como brasas que se reactivan, mirando a Jorge con una indefinible mezcla de odio y admiración.
    • - ¡Qué suerte tienes, ladrón...! Ya es la segunda partida que me ganas...



    • - Es que te veo como ausente, Laura; no pareces atenta al juego ¿Te sucede algo?
    • - No, Jorge, estoy bien... pero... tengo una extraña sensación. Algo me dice que este juego tiene algún misterio oculto, que encubre como una esecie de reclamo que me atrae, que quiere llevarme a algún sitio desconocido, hacia un misterioso lugar lleno de peligros y asechanzas. No se... cosas mías. ¿Hacemos otra partida?
    • - Se me hace tarde, Laura. Sabes que Mariel se inquieta si llego más tarde de lo que ella tiene como normal.
    • - Mariel, Mariel... esa hechicera que me odia, que nos odia aunque no sepa nada de lo nuestro; que, para mí, lo sabe y disimula. Siempre desconfié de ella; sus artes mágicas, su mirada que parece nacida desde las profundidades de algún infierno... algo me dice, Jorge, que debemos tener mucho cuidado con ella. La creo vengativa, maliciosa e hipócrita. Puede que esta ansiedad que me nace cuando estoy contigo la produzca ella con alguno de sus maleficios.
    • - ¡Qué cosas dices, Laura, amor mío...! Cierto que Mariel es algo extraña, sus costumbres todavía con resabios de su cultura oriental, sus maquillajes... pero es buena, nos quiere y nunca sospecharía de nuestra relación. De hecho este juego de parchís es un relago suyo, por tu último cumpleaños... Una joya única, con el primitivo diseño del juego; hay quien dice que trazado por los templarios. Todo hecho en tarecea de marfil y maderas nobles e iluminado con la técnica que utilizaban los monjes para ilustrar los antiguos códices.
    • - Y,`precisamente desde entonces siento esas sensaciones extrañas. Esas llamadas hacia un no se dónde misterioso y lejano, que me turban, me impiden concentrarme en el juego. Tan sólo cuando me tienes entre tus brazos me encuentro tranquila, cuando tus caricias me sacan de este mundo absurdo, hecho de normas y falsedades. Yo te quiero, Jorge; creo que tú también me quieres. Dejemos todo esto y seamos felices en otro lugar más libre...
    • - Sabes que eso, por ahora, no es posible, Laura. Mi trabajo, mis responsabilidades. Vivimos bien, holgadamente. Tendríamos que renunciar a muchas cosas...
    • - Muchas cosas materiales, Jorge; esas no me importan, podría renunciar sin dificultad a ellas si te gano a ti completamente...
    • - Laura, Laura... estamos viviendo un bello sueño de amor, mejor no despertemos a una realidad que nos haría infelices.



      - - - - - - - - -


    Al día siguiente...



    • - Laura, Laura, amor mío, una gran noticia: tenemos todo el fin de semana para nosotros. Mariel tiene que atender a unos familiares que han llegado desde Tel-Aviv y los va a llevar a hacer una ruta turística por los alrededores...


      - Oh, Jorge, Jorge mío... Tres días juntos, el uno para el otro, mañanas, tardes y... noches. Aunque si te encuentras fuerte todo el tiempo puede ser una noche interminable...Jugaremos, te haré esos platitos que tanto te gustan, bailaremos abrazados y las horas serán un interminable canto de amor...
    • - Caramba, Laura, hacía tiempo que no te veía tan romántica, tan apasionadamente enamorada... Parecía como si hubiésemos entrado en una de esas rutinas que destruyen el amor, en la que caen, al parecer de manera inevitable, los “amantes irregulares”, como nosotros. Precisamente ese tipo de amantes en los que el amor es más puro, más intenso...

    • - Pero en los que, Jorge, tienes que admitirlo, la sombra de lo inmoral, de lo sucio e irregular es como un poso densísimo, sutil pero cada vez más fatigoso, como una tela de araña que cada día nos hace más prisioneros de algún atavismo que rechazamos, pero del que no podemos desprendernos... Bah, amor mío; dejemos esto ahora. Tenemos tres días para ser absolutamente felices, libres para amarnos como si fuesemos quinceañeros enamorados... Vivamos ese éxtasis de pasión, esa borrachera de amor que nos regala... nuestra Mariel.
    • - Pero con nuestros hábitos de amantes serios, de maduros en el amor y en el sexo ¿no?

      - Claro, tonto. Estoy deseando estar entre tus brazos, sentirte dentro de mí, elevarme, como sólo tú puedes hacerlo, hasta esos cielos de placer que me regalas...

    • - Pero, primero una partidita de parchís ¿quieres?
    Los ojos de Laura se oscurecieron, perdieron súbitamente ese brillo diamantino que encandilaba a Jorge. Pero él no se percató de aquello.

    • -Si quieres tú... Me cambio en un momento, quiero ponerme guapa y sensual para mi hombre, que eres tú, Jorge mío.

      -No tardes, mi amor. Mientras, prepararé dos cocktails para entrar en calor...

    • - - - - - - - - -

      - ¡Oh! Brillante, mi amor, estás brillante, fascinante. Estoy orgulloso de ser tu hombre...

    • - Chin, chin, mi amor, por la mujer más hermosa de la ciudad... del mundo mundial...


      -Por tí, Jorge, por nosotros, por nuestra eterna felicidad...



    • - - - - - - - -


      - De oca a oca y... tiro porque me toca.
    El hielo se iba disolviendo lentamente en los altos vasos y parecía como si su helada solidez fuese cuajando de nuevo en los ojos de los amantes. Una fría atmósfera iba envolviendo lo que hasta hace unos minutos fue una ardiente entrega de cuerpos, caricias, miradas, murmullos...

    • -Cinco, mi número de la suerte; uno, dos, tres... ¿Tú no tienes frío, Jorge? Me estoy quedando helada...

      -Pero, Laura, si estamos casi a trinta grados...

    • -No se, pero siento un frío enorme, especial...

    • -Me preocupas, Laura ¿vamos al dormitorio?

    • -No, Jorge, sigamos la partida.

    • … Tres, cuatro, cinco: el pozo, he caído en el pozo...


    • -Vaya, ahora se va la luz. Bueno, ya ha vuelto, menos mal...

    • -Laura, ¿Laura? ¿donde te has metido? Laura, vuelve aquí ¿dónde estás?

    • -¡... En el pozo, Jorge, estoy cayendo en el pooozoooo...!

    • -Laura, por favor, me estás asustando, vuelve...

    • -¡... En el poooozooooo, Jorge....! Estoy cayendo en el pooooozooooo....!

    • - - - - - - - - -

      -Hola, Laura, mi querida amiga, bienvenida a mis dominios...

    • -¿Mariel, eres tú, Mariel? Dios mío, donde estamos, que aspecto tan horroroso tienes, Mariel ¿qué está pasando?

    • - No tengas miedo, Laura, estás aquí, con Mariel, la buena de Mariel, a quien querías birlarle el marido ¿verdad? A mi Jorge. Querías que fuese el hombre de “nuestras vidas” ¿no es eso, zorrita? Yo no comparto lo mío con nadie, a ver si aprendes, vieja puta... Vamos a dejar a Jorge ahí arriba, por ahora; ya me encargaré de él cuando te deje bien instalada aquí, en el fondo del pozo.

    • - Mariel, Mariel... pero tú eres... tú eres... ¿qué eres tú, bruja, maga, diablo, qué eres? Dímelo para que muera tranquila...

    • - No, querida Laura, no vas a morir tranquila; ni siquiera vas a morir. Tendrás que ver el sufrimiento de “nuestro hombre”, ese asqueroso traidor, infiel; lo verás desde aquí, desde el fondo de este pozo del que no saldrás jamás. El Infierno tiene muchos, muchísimos aspectos y este al que te he traído no es el peor, precisamente. Pero es igual de eterno...
    • - - - - - - - - - -

      -¡Laura, Laura, mi amor ¿donde estás, donde te has metido...? Dios mío, ¿qué brujería es esta?
    • - ¡Mariel! ¿De donde sales tú? ¿Y Laura, has visto a Laura? He pasado a visitarla y, de repente, ha desaparecido...
    • - ¡Ah, el parchís!, el viejo y mágico parchís... ¿Has mirado en el pozo, seguro que no ha caído en pozo?
    • - Pues, sí. Esa fue su última tirada, directa al pozo...
    • Tú lo has dicho, mi buen Jorge. Esa fue, esa ha sido, su última tirada: directa al pozo. Nadie puede interponerse en el camino de Astartea (1) cuando Astartea quiere algo. Nadie.
    (1) Astartea, esposa de Astaroth y reina de los espíritus de la muerte.





     
    #1
    Última modificación: 15 de Octubre de 2017

Comparte esta página