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El leñador

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por lucov, 13 de Julio de 2016. Respuestas: 2 | Visitas: 345

  1. lucov

    lucov Poeta recién llegado

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    14 de Diciembre de 2015
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    -El leñador está enfermo.

    La sonrisa de la mujer desapareció de su rostro.

    -Está muy grave?

    -Fui a su casa a reclamarle una carga de leña, se había atrasado varios días en la entrega, lo encontré en su cama sin poder moverse. Le llevé al médico y este dijo que había que esperar, no dio esperanza de que pudiera recuperarse

    -Él no tiene a nadie a su lado, voy inmediatamente

    -La llevo en mi vehículo

    -Gracias, debo arreglar algunas cosas, si Ud. Puede esperar un momento

    -Tome su tiempo.

    No lejos del pueblo en lo alto de una colina estaba la cabaña bajo la sombra de una frondosa encina. En un pequeño galpón de madera se apilaban troncos a medio cortar al lado de hachas y machetes. La puerta de la casa estaba abierta, el interior era una gran habitación sin divisiones, con una cocina, un antiguo comedor y a un costado al lado de la ventana la cama con el enfermo que parecía dormir. La mujer puso su mano en la frente.

    -Lo cuidaré, gracias por traerme.

    El hombre que la había acompañado hizo una inclinación de cabeza y salió de la habitación.

    Al otro día después de la amanecida el Leñador recuperó la conciencia, su primera mirada fue hacia la mujer que dormitaba al lado de su cama en una silla, un gesto de asombro y miedo se dibujó en su rostro

    -Ud. Es la portera, está aquí porque me voy a morir.

    Al oír la voz quejumbrosa la mujer salió de su letargo.

    -No diga que va a morir, ahora está mejor que ayer

    -UD. Es la portera, le abre la puerta a la muerte, todas las personas que ha cuidado ya no están.

    -Ud. Está vivo, solamente piense en que se va a mejorar

    -Tengo miedo de dormir, miedo de no despertar, las noches duran una eternidad, tengo que estar despierto

    -Se va a recuperar, no se preocupe

    -Junto al tronco de la encina hay un estanque con agua, todos los días la cambio. Los pájaros vienen a beber, a bañarse, los miro desde la ventana

    -Los va a seguir mirando, debe estar tranquilo, me haré cargo de todo.

    No podía hablar, entró en una somnolencia en donde todos los acontecimientos de su vida se desvanecen en la nada, recuerdos que se presentan sin la voluntad del pensamiento, la infancia, la vida adulta se confunden sin saber si existieron realmente hasta llegar a contemplarse inmóvil con dificultad para respirar, sintiendo que el tiempo vivido ha sido tan solo un instante. La voz de la mujer lo volvió a la realidad.

    -Le cambié el agua al estanque

    -Gracias, ahora podré ver a los pájaros.

    En la mañana no despertó, el espacio se llenó de trinos de las aves que colmaban el estanque con agua fresca. La mujer realizó una oración al pié de la cama contemplando el rostro sereno del Leñador.
     
    #1
    A Antonio del Olmo le gusta esto.
  2. Triste relato, Lucov....parece que aquella mujer en verdad era un ave de mal agüero. Felicito tus letras y te dejo mi cordial saludo.
     
    #2
  3. Antonio del Olmo

    Antonio del Olmo Poeta que considera el portal su segunda casa

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    2 de Enero de 2010
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    Hombre
    Las aves dan la nota de esperanza al final. La vida siempre continúa en todo lo que amamos.

    Buen relato. Saludos desde Madrid.
     
    #3

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