El llanto de los padres

EL LLANTO DE LOS PADRES
Por José Luis Mendoza
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Me informo de la carta de un padre a su hija. Ella, joven, inteligente, hermosa, tuvo que irse del país para continuar estudios de especialización. El, independiente, polémico y crítico irreductible, vinculado a sectores de alto poder de información y opinión.
Dolorosa misiva donde se resaltan todos los recuerdos, los amores filiales, la falta de calor entre padre y descendiente y aquellos amapuches propios de esa clase de vínculo. Son motivos que nunca se borran y nos acompañan hasta el final de nuestras vidas.
Esta historia es la de muchas familias que de la noche a la mañana han quedado sin sus hijos porque algunos se han visto obligados empujarlos a irse del país frente a la incertidumbre de la delincuencia y no saber si cuando salen de la casa regresarían con vida. Como ya ha pasado a miles de jóvenes en Venezuela.
Otras familias se quedan solas porque los jóvenes obtienen un grado universitario, una profesión u oficio o bien no consiguen donde estudiar y el único camino que ven al frente es abandonar su patria. Grandes contingentes de cerebros en todas las especialidades nos han dejado y se han marchado en busca de futuro.
Hay familias enteras que nos han abandonado por todo lo explicado anteriormente y otros diversos motivos como lo es la crisis económica y la quiebra del país. Sectores pudientes, productivos, que están abonando nuestro terruño y ayudando a crecer economías de otras naciones hermanas o lejanas.
Por eso la carta a la que hago referencia arriba me ha llegado muy adentro, muy hondo, y conmovido en extremo, al punto de entender su sufrimiento y avivar el mío. El extraña y sufre por la ausencia de su hija. Yo lloro inconsolable porque 8 de mis hijos y ocho de mis nietos han pasado por lo mismo. SE FUERON.