El lugar de los asesinos

-Yo estaba allí, cuando Ed cayó. ¡Te lo digo, que era él! El viernes apostamos los muchachos y yo, la mayoría pensaba que a ese cretino lo iban a mandar con los buenos, tan mal están las cosas. Los jueces se dejan sobornar por cualquier mierdita que un humano traiga de arriba, el Amo manejó a su antojo las tablillas, ¡con decirte que ahora hay más de cien mil mandamientos! Moisés está que se lo carga la chingada, ya nada es como antes, te vas a la sección de “los buenos” y te encuentras de todo, asesinos, estafadores, ladrones… nunca reciben su merecido. Ya para que te cuento. De esto hace como dos o tres siglos, cuando el antiguo Amo falleció, y tomó el mando este cabrón, a partir de ese día todo se vino abajo, nadie respeta nada.
En fin, a Ed le temblaban las piernas huesudas y sus ojillos miraban aterrados a los jueces, nunca en su vida había estado tan asustado, pero siempre fue un cobarde. Dicen que se portó muy bien en el psiquiátrico, antes de llegar, y que también por eso merecía ir con los buenos. Nadie me quiere creer, pero yo lo vi caer, hoy en la mañana.
Hasta el mismo Ed ya estaba acostumbrándose a la idea del “cielo” como le llaman los humanos, y no podía creer que después de todo lo que hizo se le perdonara tan fácil. También ya estaba deseando ver a su mamita, ¡cuánto la quería el muy imbécil!, cuando por fin pudo hablar le preguntó a uno de los ángeles organizadores si su madre estaba en el cielo o en el infierno, pero aquel no supo decirle, son estúpidos, no hacen más que volar para acá y para allá ambientando el lugar con sus malditas arpas. Si supiera qué fue de su madre… ¡y lo que a él mismo le espera!
¿Te acuerdas que, cuando murió la madre de Ed, su cadáver terminó como cubierta de sillón? Ja ja.
Cuando llegó Adolf, el alemán, el chaparrito de bigote gracioso, sí sí, ese, fue todo un acontecimiento, ¿de verdad no te acuerdas? todos lo esperábamos con impaciencia, a él si ni como ayudarle, los jueces dictaron inmediatamente que nosotros nos encargáramos, ¡hasta lo trajeron personalmente!
Hay veces que quienes llegan se quedan por algún tiempo, ya sabes que esos trámites tardan mucho en ocasiones, entonces nos ha tocado ver a dos o tres juntos, inevitablemente se vuelven amigos. Se cuentan sus mejores anécdotas, se dan consejos… ¡Una vez uno de ellos intento empalarme, por que un tal Tepes se lo había ordenado, y le había enseñado cómo hacerlo!, no sabes, son tremendos. ¡Imagínate, peor aún, cuando llegan a juntarse aquí los buenos con los malos!, pero eso no ocurre muy a menudo, ya sabes que se van pronto, y a veces tenemos que esperar mucho a que llegue uno nuevo.
Cuando llegue Bundy… no recuerdo su nombre, ¡ya sólo faltan cuatro años! queremos hacer algo especial, ¡Ted, se llama Ted!
¿Qué te estaba diciendo? En fin, ya casi es hora.
¿Recuerdas cuando llegó Bathory?, esa mujer sí daba miedo, los jueces la iban a mandar con los buenos pero ella insistió, pensó que aquí iba a poder conocer a Giles de Rais, su ídolo. Ya se imaginaba que Giles la iba a admirar más que a Juana de Arco, y se llamarían “Barba Azul” y la “Condesa Sangrienta” cariñosamente. Pero él, por supuesto, ya no estaba.
Bueno, ya me voy, después te sigo contando, Ed está listo, ¡y nadie quería creerme que era él!, todos ya estarán sentados, no puedo esperar más. ¿No quieres ir? Será un festín suculento, ¡huele delicioso!...