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El Maestro I

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Kein Williams, 16 de Septiembre de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 614

  1. Kein Williams

    Kein Williams Poeta fiel al portal

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    Hombre
    - Maestro ¿Por qué hay tantas personas que muestran su cuerpo para llamar la atención?
    - ¿Por qué no creces? ¿Por qué eres tan feo? ¿Por qué eres tan tonto?
    - Pe... pero maestro ¿Por qué me dice eso?
    - ¿Te sientes ofendido?
    - La verdad que sí.
    - Dime ¿Por qué soy tan hermoso? ¿Por qué soy tan inteligente? ¿Por qué soy tan perfecto?
    - Maestro eso suena arrogante.
    - Ahora entiendes. Esas personas necesitan de atención y adulaciones. Nadie que esté amándose a sí mismo verá otra cosa que no sea belleza al verse en el espejo. Nadie espera que le digan sus defectos y al contrario se ofende e incluso se deprime si su autoestima es baja. Y si te ufanas de ser alguien hermoso en vez de parecer seguro gritas tus miedos, tu necesidad de aprobación.
    Hace mucho tiempo hubo un príncipe que era tan hermoso que todos los reyes lo admiraban por su belleza y lo veían como alguien poderoso, alguien seguro, alguien digno. Todas las doncellas querían que él las despose. Reinas, princesas, toda la realeza adoraba a este príncipe. Y él tenía el ego tan sobrealimentado que se creía superior a los demás y nadie era digno para él. Cierto día caminando por el reino vio a una campesina con los pies descalzos y la cara toda sucia te tanto trabajar levantando el carbón para llevarlo a la venta del mercado. El príncipe quedó tan prendado de ella que se enamoró al instante. Se puso de rodillas y le pidió que sea su esposa. La dulce campesina sonrió y le dijo: No.
    Él quedó destrozado y volvió al palacio sin poder dormir ni comer. Al tercer día ya debilitado lo hallaron desmayado. De pronto era feo, demacrado y lleno de arrugas, su rostro no era el mismo, su piel estaba pálida. Su ego se apagó y se llenó de inseguridades. ¿Por qué ella me dijo que no?. Lloraba en sus aposentos sin entender ese rotundo no. Entonces enfermo buscaba la aprobación de todos, se llenó de inseguridades, prohibió los espejos en todo el reino. Y cada mañana hacía la misma pregunta a sus súbditos ¿Soy feo? Y todos le respondían: Claro que no majestad. ¿Entonces por qué ella me dijo que no? Pero nadie podía responderle. No se atrevía a verla, el solo recordarla era un martirio, un puñal en el pecho que le causaba angustia y dolor. Sufría por el amor de alguien que le dijo que no. Entonces un día tuvo el valor de verla y ella al verlo hecho una piltrafa, sin aires de grandeza lo miró y corrió a sus brazos y le dijo: Sí.
    - ¿Y como acaba la historia maestro?
    - Como tú quieras. Tú decides el final.
    - Entonces la campesina al hacerle ver que no quería a ese hombre que estaba lleno de vanidad y arrogancia desnudó todos sus defectos convirtiéndolos en virtudes. Y ahora era un hombre nuevo, alguien real y no un príncipe de cuentos de hadas y recién lo aceptó.
    - Ese es el final que tú eliges. Entonces entiendes que aquellas personas que se exponen ante el mundo buscando aprobación no hacen nada que esté prohibido por si mismos, habrán aduladores, habrán críticos. Pero ellos son los que definirán su final. Tal vez sufran por sus acciones, pero la Tercera Ley de Newton dice que toda acción tiene su reacción. Por lo tanto cada uno de sus actos bien o mal pensado tendrá reacciones diversas de criticas buenas o malas.
    El alumno había aprendido otra lección.
     
    #1

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