El mago de hielo la ak47 capitulo 1

La historia de este niño empieza filosofando con un gran filosofo de renombre,
haciéndose la estúpida pregunta de como salvar el mundo,
la conclusión a la que lleguemos fue fácil, solo tendríamos que encontrar la manera de que la
gente se conociera a si misma...
supongo que esa respuesta fue la que me incito a dejar de lado toda mi vida y dedicarme
al estudio de la metafísica.... grabe error por mi parte pero ya entraremos en detalles mas adelante,
todo empezó con una sobredosis de thc que me impulso a viajar con un destello amarillo, se dice que la energía dorada es la que te impulsa a viajar o eso dicen, yo llegue al Everest donde encontré una casa abandonada, con el techo de paja y las paredes medio derruidas , con solo una mesita de madera y un jarrón de oro en medio de esta, de errepente un hombre de unos 70 años de edad con una barba blanca miticulosamente cuidada y refinada , con 3 anillos en la mano derecha con un rubí, una esmeralda y una azabache me miraba fijamente aropandose un gran kimono negro , me sorprendió en medio su casa y se paro a mirarme fijamente, yo me asuste y intente repererlo con las manos, para mi sorpresa salio un destello de energía de mis palmas y volví a casa con un gran sobresalto, esa fue mi primera experiencia astral,ya ire contando todas mis experiencias astrales a medida que avanze con los capitulos.
La incertidumbre que tuve ese día fue la de un niño el primer día de clase,
me creía tanto y no sabia nada el simple hecho de regresar ya me pareció un milagro,
despues me informaron que ese mago era Confuncio mago negro de la tierra.
yo solo lo vi como alguien obsesionado con la física cuántica y hoy en día juraría que si lo
fuera haver solo me abrazaría y nos pondríamos a llorar los dos por :
Por las lagrimas perdidas
por las moléculas rebeldes,
por la batalla fingida
en medio del Everest.
por el amor perdido
en medio de la mortalidad
que no piensa viaja
sin rumbo y sin piedad.

estas son las cosas por las que lloraríamos .
Y estas son las palabras que nunca se dirán.