El momento

No puedo hacer nada para salvarme
viví toda la vida para este momento
se me aceleró tantas veces el corazón
y me corría la adrenalina
todo por este momento.

Siempre estuve alerta,
siempre siempre,
y me fui deteriorando
cual soldado en la guerra
jamás dormía del todo,
en la vigilia de la noche
con los ojos muy abiertos
la respiración entrecortada
aguardaba este momento.

Pero al llegar el día
no he podido reaccionar
de nada sirvió tanta preparación
tantas noches sin dormir,
viví cada día de mi vida preparándome
para un momento que nunca llegó.


Eunice Salvaje.​

 

Es ese preciso instante,
en el cual, la locura
se pone las botas,
mientras el psiquiatra,
se calza los guantes.


Y cabalga a lomos de Rocinante.


Y comienza el debate,
previo a las elecciones municipales,
para salir escogida, o si no,
recogida con una escoba,
y un recogedor, por parte del barrendero
que barre el cuadrilátero.


Sancho Panza, noble escudero.


La Cenicienta necesita
ajo, aceite de oliva, sal marina gorda,
perejil y pimienta, si es que quiere
recomponerse. Pues la han
desfigurado, todos los golpes bajos,
que le dieron los médicos de Urgencias.


¡ Orden en la sala ! Detectamos demencia.


¿ A santo de qué les zurras,
si ellos no te robaron la burra ?
A quién se le ocurre,
alma de cántaro, tiznarles,
intentando estafarles, con lo caro
que sale un crucifijo de plata,
y se lo querías vender, de madera.


Eres la pera.


Es el Momento crucial,
para el Homo de Cro-Magnón,
que se une a la empresa
del Homo de Neanderthal,
y así, juntos, mas no revueltos,
van desfaziendo entuertos,
con la venia del rey Salomón.


Te invito a tocar el saxofón.