El mundo del minicuento I

- ¿Dónde está el departamento de quejas?...

Con temblor en la mano recordó el error que cometió con Marco Antonio y Cleopatra, con Romeo y Julieta, con Paris y Helena. ¡Entonces desató grandes calamidades¡. Zeus le castigó severamente y estuvo a punto de perder su puesto en el Olimpo, si no es por la intervención y lágrimas de Afrodita, su madre.

Pero esta vez sería distinto, se aplicó en fuerte entrenamiento //Tiro al blanco, por supuesto//. La flecha rompió el viento y fue cuando nos llenamos de un gran sopor mientras protagonizábamos una lucha campal, debido a nuestras grandes diferencias y necedades...¡Eros, Cupido...Nuevamente se equivocó!...©


- La consulta...

- El destino es un tahúr - dijo la gitana al barajear el mazo de cartas. Todo puede suceder, más cuando de amores se trata. Los designios se ignoran.

Aunque la esperanza es alimento para el consultante es mejor cerrar los ojos, se teme la aparición del cinco de espada //Asesino de las uniones//

La gitana sonríe -Si no hay complicidad del Universo nada somos, pero ahora todo esta en tus manos ¡Levántala! - Coloca las cartas boca abajo, la primera es la decisiva…©


- No se puede estar completamente solo...

Cuantas veces pidió esa soledad, ese silencio que le permitiera reencontrarse e inventarse de nuevo, lejos de toda presión del medio exterior, en compañía solo de su recuerdo y pensar //Necesarios sin duda para actuar//. Incluso la perfecta oscuridad absoluta para una buena meditación. El olor latente de la tierra húmeda.

En completo relajamiento experimentó frío glacial y no pudo moverse, se dio cuenta entonces que alguien le acompañaba. Un pequeño gusano se abría paso entre sus carnes, de tras de él...miles más...©


- El dios de ébano.

Entre paredes burdas, frías, grises como los anhelos de las reclusas tras las rejas, molidas como los sueños de sus interminables huéspedes. Los aromas parecieron entre colarse para desnudar bocas afligidas.

Arribó triunfante trayendo consigo el sol, invadió con rigores el centro del lugar y el corazón herido de cada mujer. Paso del abrazo femenino, al beso, a la caricia, a la aspiración, a las lágrimas. Como dios de ébano y miel, el hermoso piano se instaló…©


- El sofá nuevo.
Nadie se despidió de ella por la mañana. Su vestido nuevo y azul no fue impulso para un solo halago. Sus hijos se fueron a la escuela y su marido...
Con la mirada cabizbaja comenzó sus labores de siempre, está vez con una gotita de sal navegando por su mejilla y una extraña rigidez que se apoderó de su cuerpo.

- ¿Qué hay de comer? - Se escucha una voz en el portal. La respuesta un gran silencio. La búsqueda se torna desesperada. - ¿Dónde te metes? – El grito.

Cuándo la policía llegó al lugar, la única novedad reportada fue la aparición de un extraño sofá color azul, que no recordaban haber visto antes. Pero solo eso...©