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El Narciso

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Edouard, 7 de Noviembre de 2016. Respuestas: 1 | Visitas: 653

  1. Edouard

    Edouard Poeta adicto al portal

    Se incorporó:
    15 de Marzo de 2016
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    Género:
    Hombre
    El narciso de piedra cuelga del techo rudimentario de la alada noche. Desde allí despliega toda una variedad de perfumes cartón piedra. Bajo aquel, el manso río de sangre va sorbiendo del éter puro que purifica al sátiro con cornamenta de plata. Durmiendo entre entrelazadas hiedras de locura insondable. Cuando la noche ya va remitiendo, el narciso se vuelve frágil y suave como la tersa piel de una fotográfica doncella blanca. Haciendo reverencias malévolas hacia la sonrisa inocente del bien amado pero difunto sol. Pues éste ha sido parido antes de tiempo. Cuando aún una estrella no había escapado hacia el abismo insondable de una vorágine de violado tinte tremebundo. Entonces los tulipanes nacen alrededor del narciso vuelto manto de oro, y el crepitar de un fuego obscuro va consumiendo los bosques de franela, los cuales aúllan de dolor y pena. Entonces el narciso recupera su forma original para ocupar el lugar del moribundo Helios en el encapotado firmamento y así irradia con su perfume dulce lo que queda de rastrojos en la yerma tierra.
     
    #1
    A homo-adictus le gusta esto.
  2. Edouard

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    homo-adictus, a medida que el narciso va variando en múltiples formas de redentor aroma cuasi forme, todo un despliegue de entes oníricos se van adueñando del panorama. Como el caso del sátiro que se embebe de una substancia fluida que mana de un río sanguinolento, o ese sol moribundo que no tiene la fuerza suficiente para irradiar con poderosa costumbre, por no haber sido tragada la última estrella de la noche por una especie de vórtice crepuscular. Es entonces tal flor maravillosa cuando, al final, adopta la imagen original para restaurar lo que era todo un panorama de irreverente locura. Atentamente Edouard.
     
    #2

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