El Nefectivo

El Nefectivo​

La apreciación de la importancia no reside en los obstáculos de la elaboración de las normas que se implanten respecto a empresas cuyo nivel de propaganda haya sido lo suficientemente condicionado por la importancia en la apreciación de las condiciones financieras y administrativas existentes, eso es otra historia. De lo que se trata es de contemplar de una manera adecuada, el entrenamiento que coaligue, con la propaganda que necesita cada empresa. Dado que las necesidades obligan, veo muy necesario, no por ello no eludible, la implantación de unos recursos humanos, que sean estructurados adecuadamente a cada una de las necesidades, en colaboración estrecha con los organismos de que dependen, es la pescadilla que se muerde la cola, dime con quién andas y te diré quién eres, dime de lo que presumes y te diré de lo que adoleces. El ataque tiene que ser agresivo, no valen las medias tintas, hay que echar toda la carne en el asador y sálvese quien pueda, como diría mi tía y también mi abuela. Una vez hecha la estructuración, ya podemos darle nombre al equipo. El nombre del equipo no es necesario que haga referencia a ninguna cualidad de dicha empresa, sí al propósito que se busca, en este caso el propósito es una mejor distribución del producto que se fabrica. Le llamaremos pues: "El Nefectivo". Efectivamente es un buen nombre, hace referencia a la distribución de N productos efectivamente. Toda esta filosofía empresarial no sería necesaria si las distribuciones hubieran sido lo ágiles que se esperaba, por ello la necesidad del equipo para llevar a cabo tal cometido dentro de la empresa, por lo que no será necesaria propaganda alguna por la efectividad de "El Nefectivo".

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Un saludo