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EL otro Mundo

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por M.G.Is, 15 de Agosto de 2011. Respuestas: 1 | Visitas: 696

  1. M.G.Is

    M.G.Is Poeta recién llegado

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    1 de Agosto de 2011
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    EL OTRO MUNDO

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    Cuanto ha cambiado todo, respiro y el aire trae sangre; camino literalmente entre muertos; la semana pasada he matado a muchos soldados del bando contrario con un solo tiro directo a la cabeza,¡pum!, desde pequeño he sido buen tirador, ya sea en el arco o con un arma de fuego. La guerra comenzo hace seis meses, ahora y no sé por cuanto tiempo más hay un momento de paz, parece que habrá un acuerdo entre ambas naciones, quiera Dios que así sea.
    Por la mañana me fui del campamento militar para pasear en el pequeño pueblo de Fore, que extraño era llegar y ver todo callado, sin transeuntes, sin plaza, sin niños jugando a la pelota, pocas comercios estaban abiertos-¡cuanto extrañe el bullició de la gente en las mañanas de mercado- .Caminaba por la acera, con un leve sabor amargo en mi boca; el aire soplo fuerte sobre mi rostro, aspire profundo llenando mis pulmones para tratar de que su aroma puro se impregnara en mis pulmones. Recuerdo que cuando era un niño mi padre – que en paz de dios este- me traía ha este pueblo para comer mangos de temporada, despues nos hibamos a la casa del abuelo a convivir con los tíos, tías primos y primas, todos llegaban a la casa del abuelo en esa época para pasar las vacaciones de verano, ¡que alegría era entonces no asistir a la escuela!, recuerdo tambien a la criada Esmeralda una negra que venia de africa, mi abuelo la llamaba Negris; y era quien cuidaba de todos los nietos- en ese entonces eramos cinco, dos hombres mayores que yo por un año y dos mujeres mas pequeñas que el resto- ¡que corajes le hacíamos pasar! ¡Pobre Esmeralda! .Sin darme cuenta tropece con un anciano,que parecía conocerme de algún lado porque me sonrió.
    -pero si eres el nieto del difundo Gaspar- dijo sorprendido.
    -Sí, soy Leonel, ¿me conoce?
    -soy el señor de los mangos, el del puesto junto a la fuente.
    -si claro ahora recuerdo, perdone, ya sabra que dejamos de venir después de la muerte de mi abuelo y poco recuerdo de las personas que conocía, algunas las creia muertas.
    El hombre me sonrió.
    -No muchacho la gente buena en esta tierra tarda años en morir- contesto con una risita diabólica que estremeció mi cuerpo.
    -¿ya descubrieron a los asesinos? Si no me equivoco, antes de que dejáramos de venir se encontro mucha gente muerta cerca del lago, por eso Mi abuelo prohibió que nos acercáramos.
    -No querido las muertes siguen, no se ha encontrado a nadie, pero todos los muertos tienen algo en particular, es por eso que ya no nos preocupa, ahora nos interesa esta guerra parece que el bando contrario quiere la mitad del territorio para firmar la paz, pero el rey no lo permitiría, esta guerra va para largo, bueno me retiro es tarde, ya casi da la hora del toque de queda, hijo que dios te bendiga en esta batalla infernal.
    -Gracias.
    *
    Ahora que lo recordaba perfectamente mi abuelo nos prohibió la ir al lago,sucedió que meses antes de nuestras ultimas vacaciones habían estado encontrando muchas personas muertas -ahogadas digieron los policías- pero mi abuelo que vivio desde pequeño ahi sabia que el lago no era tan profundo para que la gente se ahogara, además de que la mayoria en el pueblo sabía nadar, ¿Por qué ya no les preocupaba? Acaso sabían quiénes eran y actuarían en cualquier momento; no eso no podía ser, el viejo dijo que las muertes seguían, que tenían algo en común que por eso no les preocupaba,¡ maldición! Ahora esos pensamientos ocuparían mi cabeza el resto del día. Camine un tramo más hasta llegar a la antigua casa del abuelo, de la bolsa del pantalón saque un llavero, elegí la llave más pesada la incruste con dificultad en la cerradura y gire para abrir la puerta, la casa estaba completamente oscura, busque a tientas el interruptor – como odiaba la oscuridad- encendí la luz rápidamente,- la casa perdió el encanto de sus dias de fiesta-subí por las escaleras al cuarto del abuelo, sin duda y con alguna suerte habría en su buro algunos cigarros y un poco de marihuana, ¡oh sin duda tenía bastante marihuana! Prepare una poca en su pipa y comencé a fumar sentado en el sillón reclinable que siempre me gusto, las enormes vidrieras al frente me permitían observar el lago y el bosque ¡que hermosos eran! Como me recordaban mi infancia feliz posiblemente los mejores años de mi vida, si no es que los mejores, ¿qué fue de Esmeralda? O si se casó después de la muerte del abuelo, como olvidarlo aún en su boda le dimos dolores de cabeza. Estaba relajado completamente bajo los efectos mágicos de la marihuana me pare del sillón de un salto y fui hasta la ventana, la toque con mis manos sudosas, deseaba con todas la fuerzas tocar el agua del lago, saque la lengua y comencé a lamer el vidrio, me solte a llorar por aquellos años, y luego nos fue por los años si no por mi y en lo que me había convertido, en la cuidad trabajaba en una pequeña empresa ganaba lo suficiente, vivia feliz, pero después llego la guerra y me reclutaron para pelear por el reino y allá me fui yo con todo la ingenuidad del mundo para pelear por los ideales de un hombre al que llamamos rey; con apenas veintiun años me dieron un arma -antes solo había dispartado contra aves- y me mandaron al campo temblaba, pero los disparos se escuchaban feroces por todas partes me escondi detras de un árbol mire al enemigo tome el arma entre mis manos y le dispare a uno en la cabeza, después a otro y asi consecutivamente asta que el miedo se esfumo por completo, por la noche caí con fiebre y un vomito terrible, recordaba en el rostro de las personas el dolor.
    Me entro un escalofrio, baje corriendo las escaleras, corriendo hacia el bosque como si el mismo me llamara a gritos y allá acudía yo a su encuentro, en mi estado se esfumo el miedo que de pequeño tenía al oír que se mataba gente, no esa no era la razón; la razón era que yo también era un asesino y la muerte ya no era indiferente, me enfrentaba con ella todos los días en el campo y parecía estar a mi favor; me tumbe cansado en el viejo sauce llorón donde en el pasado construimos un columpio, saque el cigarro y comencé a fumar. De repente entre la maleza se oyeron ruidos me sobresalte, desenfunde mi arma y apunte sin destino fijo.
    -¿quien anda ahí?-pregunte al vacío.
    La maleza seguía moviéndose, lance un tiro y alguien grito, pensé que le había dado, me levante sigiloso para asegúrame de quien era, en ningún instante baje el arma, no había nadie en el lugar, camine un poco y gritaron de nuevo, mire a mi alrededor con los ojos bien abiertos, nadie, de pronto gritaron otra vez, su voz estaba más cerca, mire al cielo, en *lago, en las ramas, suspire y baje la mirada al piso; ahí estaba un hombrecito, cerré los ojos apretándolos fuertemente, deseando que la ilusión desapareciera, pero la ilusión hablo.
    -¡oye tu quiero hablar contigo!- grito con voz firme casi autoritaria.
    Abrí los ojos, todo giraba a mi alrededor, caí de espaldas contra la maleza mi cabeza quedo apoyada contra una rama, el hombrecito que no media más de quince centímetros se me acerco al rostro del lado derecho se sentó cerca de mi oreja para que lo escuchara bien; hablo de nuevo.
    -podemos hablar tranquilos, no te hare nada, soy un producto de la droga, una ilusión.
    -oye has probado la marihuana alguna vez- pregunte un poco más calmado con los ojos fijos en el cielo.
    -si,en mi tribu la fumamos en la mañana por la tarde, antes de acostarse ¿porque lo preguntas?.
    -bueno antes me has dicho que eres una ilusión de la droga que yo acabo de fumar, pero tu también la fumas, ¿no seré yo una ilusión de tu droga?
    -Quien sabe- dijo un poco confundido el hombrecito-¿quieres otro cigarro?
    -Si, gracias.
    *
    Ninguno hablo durante un tiempo, estábamos calmados, testigos del inmenso silencio del bosque, de la música dulce de las hojas al moverse, pensaba en mis adentros que era un momento delicioso, pero luego me llegaba la idea de que me estaba volviendo loco, jamás escuche hablar de hombrecitos, no miento, si lo hice , Esmeralda nos contaba historias de duendes y hadas que Vivian en el bosque, tal vez el hombrecito que fumaba a mi lado era un duende, desee preguntárselo pero las palabras no me salían de la boca acaso me había dado algo en el cigarro para no hablar.
    -¿cómo es tu mundo?-pregunto curioso.
    -Antes-comencé hablar- antes de la guerra, era hermoso, hay buenos lugares por todos lados, el cielo es muy azul y hay una cosa igual de azul al que llamamos mar y es tan extenso como el cielo, es hay muchos países a los que puedes viajar a barco, tren, o avión, comida muy rica, paisajes increíbles, bosques más grandes que este, casas enormes, relojes, televisiones, teléfonos, ropa, desiertos, montañas, ríos, lagos, rascacielos, torres, vinos, perros, gente...
    -¿En tu mundo todos son buenos?- me interrumpió de repente.
    -¡no! Hay gente buena y mala.
    -¿Y pueden vivir entre la gente mala?
    -Intentamos hacerlo- respondí dudando de mi- ¿cómo es tu mundo?
    -Antes- comenzó hablar-antes de que llegaras tú, era hermoso, hay buenos lugares por todos lados, el cielo es muy azul, los niños juegan libres por las calles y cerca de aquí hay bastantes pueblos a los que solemos viajar de vez en cuando caminando, hay cabañas, comida rica, hadas, gnomos, enanos, duendes...
    -¿en tu mundo todos son buenos?
    -Si- contesto alegre- todos somos buenos.
    -¿cómo le hacen para vivir así?
    -Trabajamos duro- respondió- la verdad es que ese tipo de gente, “la gente mala”, a veces llega a nuestros dominios, cuando nos enteramos de eso la gente buena tiene miedo y hacen todo lo posible para quitarle el poder a los malos, no dejamos que caminen *entre nosotros, pero cuando los agarramos los engañamos y no nos vuelven a molestar jamás.
    -¿Cómo saben que son malos?
    -Huelen a sangre.
    -Y ¿cómo les engañan?
    -Les damos un cigarro envenenado, nos sentamos y hablamos.
    -¡oh!
     
    #1
    Última modificación: 17 de Agosto de 2011
  2. dulcinista

    dulcinista Poeta veterano en el Portal

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    Mi querida poetisa, muchas gracias por tu invitación para leer tu maravilloso relato. Está muy bien relatado y su léxico es muy rico y depurado. Te dejo un abrazo de amigo.
     
    #2

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