El pincel dorado

EL PINCEL DORADO

Margarita encontró en el viejo baúl de la abuela serafina un pincel dorado muy extraño, pero lo que le llamó su atención fue la plumilla, tantos años guardado en aquel baúl y sus cerdas están como si fueran nuevas,

corriendo sale a preguntar a su mamá con mucha ansiedad, ¡Madre ven, quiero mostrarte algo! ¿Qué sucede hija porque tantos apuros!¡Mamá! ¿Dime porque este viejo pincel se ve como nuevo? Jaja, ¡cómo es eso niña! Dices que viejo y nuevo, decídete, ¿es nuevo o no? Mamá este pincel era de mi abuelita, tú me contaste que ella tenía un pincel con el que pintaba sus trabajos en la escuela, y si eso es verdad dime ¿Cuántos? Años tiene, no me acuerdo hija solo sé que pasa de noventa años, pero deja eso y ve a recoger los huevos para llevar al mercado mañana temprano, madre ¿puedo pintar mis dibujos con el pincel de la abuela? Si hija, pero primero ve hacer lo que te mando.

Margarita que es una niña muy obediente va corriendo hacer el mandado y luego se dirige a su cuarto para pintar sus dibujos, ella tiene muy buen talento para este arte, y tiene bastantes borradores que quiere colorear, prepara la pintura y cuando coge el pincel su pluma se abre como si deseara ser cubierto por la pintura, la niña lo mira con extrañeza, pero no pone mucha atención en esto y se dispone a empezar su trabajo, la mesa está lista con sus dibujos el agua para lavar el pincel temperas de colores y una pequeña toalla para limpiar sus blancas manos.

Margarita escoge un paisaje, este es el más grande y quiero pintarlo con mucha calma para que no se me dañe, esto piensa mientras sumerge el pincel en la tinta, justo cuando va a sacarlo su madre la llama con voz preocupada, ella corre aprisa para ver que está pasando, madre, ¿qué pasa ahora? Quiero pintar mis dibujos, pero si me sigues interrumpiendo no voy a poder hacerlo, hija ve a la casa de doña Blanca y dile qué si me hace el favor y me presta la linterna, sabes que mañana tenemos que madrugar y el camino es oscuro, nos servirá para ver por donde caminamos,

Si mami ya voy, obediente la chica sale a su mandado y se pierde por el camino rodeado de helechos y árboles frondosos que esparcen sus perfumes agradables.

Al buen rato aparece Margarita con la linterna en su mano y entregándola a su progenitora se va a cuarto para empezar su trabajo, sorprendida mira su dibujo completamente terminado, no sabe que decir ni que hacer, se queda inmóvil al pie de la pintura, que se veía hermosa es como si un maestro de la pintura la hubiera hecho. ¡mamáaaa! ¡Grita la niña, pero en ese momento el pincel ágilmente sale volando hacia una hoja en blanco y escribe rápidamente, ¡No le digas nada, cállate! ella asustada intenta salir de su cuarto pero el pincel otra vez escribe, no tengas miedo no te voy hacer nada, solo quiero que me observes, este extraño objeto empieza a escribir estas palabras que convencen a Margarita, tu abuelita era una niña muy pobre y no sabía cómo ayudar a su madre con tanta necesidad, una noche se encerró en su habitación que por cierto era muy humilde y empezó a rezar con mucho dolor al Dios de los cielos que le ayudara para poder colaborar con los gastos de la casa; mientras oraba se quedó dormida, en su sueño vio como un hombre le entregaba un pincel en sus manos y le decía con esto puedes ayudar a tu familia.

Ella al día siguiente se despertó y recordó el sueño que había tenido, la sorpresa más grande cuando vio en su cabecera el pincel envuelto en un paño rojo, tu abuelita como tú tenía el talento de dibujar hermoso, ella un poco incrédula se puso a dibujar una casita y el pincel se la coloreó, así fue como pudo ayudar al sostenimiento del hogar, se hizo famosa por sus pinturas y ganó mucho dinero hasta que murió de vieja, lo único que tenía que hacer era nunca decir nada de lo que había pasado.

Lo mismo tienes que hacer tú, si hablas entonces nunca podrás colorear tan bello como yo,

La niña juró que nunca diría lo que había ocurrido en su cuarto, y empezó a ser famosa como su abuela, fue tanta su fama que pudo viajar por muchos países exponiendo sus bellas obras y ganando mucho dinero, pero nunca olvidó su casita de campo, en cada verano llegaba para descansar de sus prolongados viajes, siempre la acompañaba su madre y el viejo pincel dorado.

FIN