El Plan

Fuera de todo lo que nos rodea ella siempre significo mucho para mi. Nunca antes lo había contado, quizás nunca tan abiertamente, pero la conozco desde hace tiempo, mas bien desde principios de mi corta vida. Acepto que hay momentos en donde se me cae algún recuerdo, de esos que te obligan a pensar, y aunque mi memoria los repita una y otra vez jamas pensé que volverían a pasar.
Nos situamos nuevamente en mi casa, las circunstancias vuelven a ser las mismas, este encuentro casual e irracional donde nos vemos las caras para jugar, las reglas son claras, no hay desborde emocional.
Transcurren los primeros minutos del pleito, silencios ensordecedores nos inundan de incomodidad. En ocasiones (mientras la observo) se que le hubiera dicho todo lo que estoy pensando, pero mi mente o el sentido del bien jamas me lo permitieron. De pronto de un sutil movimiento le nace una jugada, el ambiente perturbador cambia y el lugar se escandaliza, hasta puedo sentir emociones tan intensas y ese frenesí que en ocasiones es capaz de hacerme temblar. Puedo sentir como ella se posa en mi , así que bajo mi mirada, con demasiado resquemor como para sostenerla.
Mientras decido mi táctica tuve ese viaje que toda persona alguna vez tiene cuando su mente se transporta en cuestión de micro segundos hacia otro lugar, pensando nada, mientras la hermosa violencia me acecha, comencé a creer firmemente en poner en practica mi estrategia.
Comencé a subir la mirada muy lentamente, tan escalonadamente como pude, paso tras
paso por la escotilla de su escote, me trepe y subí, y a pesar que la había visto miles de veces todos estos años, aquella vez fue como verla por primera vez.
Todo lo maravilloso lo sostenía su mirada, todo lo que nunca le había observado, detalle por detalle se encontraba allí. Por fin sus ojos chocaron con los míos, pude verlos de frente traían consigo un hermoso color café.
Hasta ese entonces nunca me había prestado atención, nunca me habría mirado de otra forma, no entendía como era capaz de hacerme sentir así, parecía estar segura de tenerme entre sus manos, mientras pasaban miles de cosas por mi mente me olvide del mundo. El perfume de la morocha me embriagaba y su hermosura tan cercana me resplandecía.
A pesar de todo la curiosidad la invadía, los latidos de mi corazón se aceleraban con mas frecuencia, así que me arme de valor para sorprenderla. Tome su rostro frente al mio y sin tener en cuanta todos los pensamientos que me acechaban la bese por primera vez . Esplendorosa jugada, en ese momento sentí que volaban todos mis temores, sus labios un lujo .
Empezamos a cambiar años por minutos, todo ese tiempo en que nos conocíamos por hermosos y breves momentos. Era tan estúpido no hacerlo por miedo a perder, así que nos acorralamos en nuestra complicidad de arriesgarnos a no decirnos que no.
Nos mantuvimos por un tiempo aislados del resto, alejados del mundo. Sabia que podía confiar en ella ciegamente, me sentía seguro de aparentar algo que no era, a ojos de los demás ocultábamos nuestro secreto.
Siempre soñé desde chico abrazarla con ternura y un día despierto y me encuentro junto a ella, cumpliendo mi sueño, amaneciendo juntos. Realmente hay momentos en donde pienso que si no la hubiera querido y anhelado de tal forma jamas me hubiera sometido a todo esto, a esos malditos días en que me volvía loco, en donde mirarla no podía porque me movía el piso. Así nos encontraba dormidos la mañana una y otra vez por el resto de nuestros días.
Así fue pasando el tiempo, un día de esos nos encontró la mañana y ya no supimos muy bien como hacerlo, nos dirigíamos hacia un mismo lado sin un plan ocurrente dejándonos llevar solo por bellos impulsos. La miro y siempre la imagine del modo que esta ahora dormida entre mis brazos. Me pregunto continuamente cual sera el verdadero motivo de despertarnos así, sinceramente no lo se, solo se que valía la pena, quizás desde pequeños carecimos la capacidad para ser amigos y nunca nos dimos cuenta. Que sera cuando despierte y crea que ni ella ni yo nos debemos enamorar, que mas bien seria ocurrente tener un plan, un plan para no enamorarnos o un plan para no enamorarme?. Puras blasfemias no existe tales reglas, uno no puede andar por ahí haciendo pactos con los sentimientos, las reglas del juego cambian cuando involucras a quien no tienes que involucrar. Inoportuno corazón, grito mi mente.
Desde aquel día sonrió con algún rasgo de complicidad, atesorando cada momento, extrañándola con inconformidad . Aveces me gustaría saber si ella también me recuerda, si hay recuerdos en su mente de esos hermosos días en donde me volvía loco, donde nuestra relación mutaba, conservando una presunta amistad consolidada...​