El primer beso

El primer beso.
Que porqué lo recuerdo?..será quizás porque en realidad nunca lo olvidé.
O quizás porque solo pasa una vez en la vida.
El caso es que es una bonita historia que me gusta adornar con paisajes de un tiempo
que se quedó suspendido en las manecillas del reloj de la plaza y en la página de un calendario.
Marcando con ese corazón el día la fecha y la hora de tan esperado beso.
El primer beso...ese encuentro soñado por casi todos.
Laura tenía solo catorce pero completaría quince en unos meses.
Yo tenía solo catorce también, cumpliría quince en un mes.

La conocí ahí en el barrio hacía tres años, era flaca con el pelo lacio,
muy bonita su cara y su voz bien timbrada.
Se hizo amiga de mis hermanas y venia a nuestra casa a sentarse en un sofa,
mientras miraban la novela de las cinco en la televisión.
A mis doce años yo era bien portado y bien educado...asistía al primer grado de la secundaria
y me interesaban solamene el fut y los libros.
Laura me buscaba a veces para que le ayudara con sus tareas y yo la miraba a hurtadillas,
descubriendo inconciente en mí, esa sensación de la atracción.
Todos los otros chicos del barrio tenían novia y estaban enamorados
o andaban por ahí pegando su chicle...pero a sus doce, Laura era modosa
y mal formada, un poco chiflada.
Un día me dió un bofetón por algo que le dije o le hice
y en ese día se perdió la magia o el interes. Mas de un año pasó sin hablarnos, casi dos,
cuando ella entraba yo me salía o viceversa dependiendo de donde nos encontraramos,
Pero el mundo es pequeño, especialmente en aquel barrio de gratos recuerdos.

Alma completaría sus quince y andaba buscando sus damas y sus chambelanes.
Primero la invitó a ella...despues me preguntó a mí y coincidimos porque asi es el destino.
Ni ella ni yo teniamos pareja. Alma en su inocencia ayudo a escribir un capitulo hermoso
en la vida de un soñador y una bella niña de barrio que ahora
despues de tres años de haber llegado flaca y lacia,
se habia convertido en una hermosa adolecente con lineas y caireles.
Primero hicimos berrinche...los dos quisimos salirnos del compromiso o cambiar de pareja,
pero nuestra resistencia se derrumbó rapido con la amenaza de nuestros padres de
prohibirnos ir a la quinceañera si no ajustabamos nuestra actitud.

Tomé su mano entre mis manos por vez primera y sentí como que una corriente eléctrica
atravesaba mi cuerpo. Y en mi mano sentí el calor de su cuerpo y de su alma.
Laura no me dijo nada, solo se reflejó en mi mirada y sonrió...yo tampoco dije nada.
Alguien dijo a lo lejos que nos mirabamos bien...alguien le dijo a ella que se miraba bien,
alguien me dijo a mí que me miraba bien.
Alma escogió nacer en febrero y el sábado mas cercano a su cumpleaños era el catorce.
Y como una señal...yo nunca había besado a nadie...nadie nunca me habia besado a mí.
Laura siempre se habia portado bien y tampoco nunca nadie la habia besado.
Un mes pasó rapido, un mes de correr todas las tardes a su encuentro y a nuestro vals.
Después de practicar por una hora descansabamos un rato mientras tomabamos refresco
o algo caliente. Ella se iba para allá donde estaban las damas.
Yo la buscaba con la mirada...ella me buscaba a mí. Yo sentía que la quería;
quizás no sabía lo que en verdad sentía...nunca antes lo había sentido.
tampoco sé lo que ella sentía, pero su risa me envolvía y me gustaba.
Por fín el dia de la fiesta llegó, nos vestimos todos de gala...
Alma con su vestido rosa hermoso y su coronilla parecía una princesa.
Laura en su vestido purpura bajito y su sonrisa parecía una diosa. Yo con mi traje
color vino y un clavel en mi pecho...estabamos todos en el atrio esperando que comenzara la misa,
mirandonos en silencio y quizás soñando con vestidos blancos y trajes negros...que bonito es soñar.
Esa noche en el salón mientras bailabamos el vals de la quinceañera, sentí su mano mas cálida
y aferrada a mi mano con mas fuerza y bajo el reflejo de las brillantes luces
la veía mucho mas hermosa y mucho mas cerca.
Tan cerca que podia sentir su aliento en mi boca y podia sentir su pelo rozando mis pestañas.
Alguien gritó, algunos aplaudieron y Alma nos llamaba. Pero nosotros estabamos como en otro espacio,
perdida su mirada en mi mirada, rodeando mis brazos su cintura.
Nos besamos ahí, en medio del salón,
nos besamos con tanta ternura que sus ojos se cerraron y de su pecho se escapó un suspiro,
mientras que los otros nos chiflaban y nos aplaudian...
Y asi, con el embelezo de ese primer beso y con la ternura de dos almas puras,
comenzó la historia de un amor y de un hermoso sueño de dos.