... (el primero q poosteo)

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Me desperté como cualquier otra mañana, no era distinta de otra, desperté, encendí la computadora y después la televisión, esperaba que alguien estuviera conectado en el MSN, pero no, apenas eran las diez de la mañana, no tengo tantos amigos como parecía antes, me aliste pues después de ir un rato al gimnasio algo impaciente e ilusionado, regrese a bañarme, y no hacer nada… otra vez, me largue corriendo al primer bar que encontré, seguía tomando y ni siquiera me di cuenta que me dieron las diez de la noche. Al salir me fui caminando, empezó a hacer frio y estaba suficientemente ebrio que apenas y pude subirme al transporte público, las personas evitaban acercarse, la verdad no era porque pareciera un vagabundo o porque este muy feo, o ebrio, el olor del alcohol seguramente se disperso por todo el microbús, mientras mi maldito celular no paraba de sonar pues la batería estaba casi por agotarse y seguía preguntándome porque esto me está pasando, no sabía si estar triste, enojado, desesperado, desilusionado, o no sé, pero ¡sí!, sabía que si me sentía como un verdadero tarado, y solo por tratar de perseguir un capricho que sabia no iba a ser posible, y un terco corazón que tengo.

Apenas llegando a mi casa no tenía ganas de comer, pero como quería con ansias un cigarro, pues con esta nueva ley de no fumar en bares es bastante atroz para mi, así encendí la computadora y mi primer cigarro, uno tras otro se fueron mientras me deprimía mas y mas, sin darme cuenta en menos de una hora se terminaron mis cigarros, aun quería seguir fumando pero… ya.

Después de un rato pensando si salía y compraba mas cigarros o… no, estaba hablando con alguien por MSN y solamente termine enfadándome con él, y aun mas enfadado conmigo mismo, acabe por desconectar todo y me avente a dormir, me arrincone a la derecha de mi cama que da contra la pared, aun así no podía dormir. Me levante y me senté al costado de mi cama, mi cuarto estaba tan obscuro que ni siquiera podía ver mis manos, era como tener los ojos cerrados, me puse de pie y fui a encender la luz estaba entrando en pánico, me sentía tan solo, abandonado como un tonto, y me puse a dar de vueltas por mi casa, pensando en todo lo que paso en un solo día, y como es que había terminado así, hasta cuándo, si todos seguimos nuestros caprichos y sueños, tal vez las cosas sean más fáciles ¿no es verdad?, no me sorprende lo que me ha pasado, y me quisiera quejar, pero es lo que merezco, hice hasta donde pude y las cosas no cambiaron y que mejor que ya paso, ya no te extraño, ya no deseo estar contigo, que mal que fue a unos días de mi cumpleaños.

 

sin duda hay ocasiones en que la soledad la hacemos nosotros mismos...
y que mal que ya no la extrañas, parece lo contrario, jeje

un abrazo fuerte

 

hola amigo poeta, que triste lo que te pasó, muchas veces uno consume todas sus fuerzas en querer conseguir algo que pensamos que nos hará felices

el punto afortunado del caso es que existen episoidos que apirmera instancia se ven tristes pero ya cuando estés más calmado verás que fue por tu bien, qu eesa persona no te merecía y no vale tanto la pena como vos pensabas.

un gran saludo para vos.