1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

El Principe de las mareas

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por cassandragemini, 11 de Agosto de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 2140

  1. cassandragemini

    cassandragemini Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    22 de Julio de 2006
    Mensajes:
    6
    Me gusta recibidos:
    0
    :::sorpresa1::: Es un día caluroso de diciembre, el Sol resplandecía en cada rincón son las 5:15 PM del 8 de diciembre del 2005 hoy es un día como cualquier otro solo que es mi cumpleaños número 31 en este preciso momento estoy solo en mi departamento esperando la noche para salir. Me encuentro botado en el suelo, mirando el techo tratando de matar el aburrimiento con mis recuerdos haciendo las mismas preguntas del año pasado.
    Ayer se cumplían 10 años desde que yo y Laura nos dejamos de ver, lo último que supe de ella fue que se había casado con un español de nombre Manuel hace 2 años.
    El tiempo seguía pasando lentamente recién eran las 6:00PM, todavía seguía botado en el suelo con mis recuerdos contando las tablas del techo, mientras mis ojos se cerraban cayendo presa fácil del sueño sin darme cuenta a los pocos minutos dormía como un bebe sin saber de nada .Estaba allí desde las 4:00PM a mi lado tenia un libro que me había regalado mi mama de esos de autoayuda y una botella vacía de vino barato y unas fotos de por aquí y allá.
    Mi nombre es Víctor soy el típico hombre que no se podría decir mucho sobre él por que en realidad no se sabe mucho sobre mí, algunos dicen que soy normal, otros opinan que soy tierno y los más audaces que no tienen pelos en la lengua dicen que soy paranoico, pero solo a veces. Mis amigos no difieren de esas opiniones pero también dicen que la mayor parte de mi tiempo estoy como ausente, es decir, el cuerpo y la mente en lugares diferentes y tienen mucha razón, bien lo sabía mi querida madre que en estos momentos se debe estar revolcando en su tumba.
    El tiempo sigue pasando y yo continúo tirado en el suelo durmiendo como un bebe en la hora de siesta, aún hacia mucho calor fácilmente deben haber unos 25ºC empezaba ya a oscurecerse. Recién abría mis ojos con mucho letargo todavía veía algo borroso no encontraba mis lentes por ninguna parte, no tenía noción cuanto había dormido rápidamente recobraba mis sentidos me levanto del suelo cuidadosamente aún con flojera, mi celular comenzaba a vibrar en el bolsillo de mi pantalón de forma insistente contesto todavía con una voz soñolienta diciendo “Diga” la voz tardaba en salir así que decidí volver a repetir “Diga”, afortunadamente para mí aparece la voz misteriosa diciéndome “Víctor te estamos esperando ¿A qué hora vendrás?”,bueno ese tipo de cosas. Rascándome la cabeza con la espalda arqueada, recordé que había quedado en juntarme con Cristián y Jorge en el bar de siempre a eso como las 9:00pm lo había olvidado completamente sin pensarlo demasiado le digo a Jorge que en 30 minutos estaría por allá, con mucha calma me coloco mi polera negra la de siempre y unas zapatillas que me regalo Rosa mi novia.
    Con mucha prisa salía de mi departamento contando moneda por moneda de mi bolsillo, bajaba las escaleras algo sucias por la tierra, los pensamientos me agobiaban una vez más me preguntaba si todo esto valía la pena la misma pregunta que me hacia todos estos años y que olvidaba al día siguiente.
    Las escaleras me parecían interminables mi respiración se agitaba con cada escalón que pisaba, ¡malditos cigarros debo dejarlos! , gracias al de arriba llegaba al 1º piso estaba como de costumbre la señora Celestia con su bastón sentada afuera de su departamento observando a quien pasaba por esos lados. La señora Celestia era la arrendataria más antigua del edificio, ella no era una persona muy sociable tampoco muy conocida dentro del barrio por que la mayoría de sus amigos se fueron o se murieron de diversas enfermedades, como el pobre Señor Dagoberto que en paz descanse. La mayor parte de las noches se la pasaba en su balcón recordando sus tiempos de antaño, se escuchaba la música de Carlos Gardel (“Zorzal Criollo”) , la que colocaba sagradamente a eso de las 9:00PM en su balcón.
    A veces si se tenía mala suerte por las noches se podía escuchar los ronquidos de Doña Celestia a altas horas de la noche desde el patio de luz del edificio. Se podría decir que yo y ella no teníamos una buena relación cada vez que me veía como ahora se me quedaba viendo sin decir una palabra, observando meticulosamente cada detalle mío, la verdad es que no me importaba mucho incluso hasta me parecía divertido a veces.
    Rosa siempre me regaña “Un día se te va a quedar tu cabeza en el velador” y tiene razón por que siempre olvido todo por ahí. Reviso como de costumbre mis bolsillos, primero el izquierdo luego el derecho, por más que revisaba mi celular no estaba yo estaba seguro que lo había traído, quizás lo olvide en mi cama. Como no tenía intenciones devolverme prendía mi último cigarrillo de la cajetilla mientras caminaba por las calles de la ciudad éramos solo yo, las luces de los focos y letreros y algunos transeúntes.
    Yo era un noctámbulo desde pequeño, mí madre solía contarme historias por las noches después que se acostaba mi Padre, ella decía que era nuestro gran secreto, como si eso existió alguna vez para mi madre era de aquellas personas que no podía esconder nada. Cuando ella terminaba yo me quedaba imaginando a aquellos personajes de sus historias retorcidas, armaba mi propio mundo de fantasía el que yo podía visitar cuando yo quisiera, se podría decir que era una forma de escape de mi existencia común y aburrida. Fue así por muchos años, sentía mucha curiosidad sobre ese mundo oscuro del que me hablaba todas las noches, aquel mundo que no me dejaba conciliar el sueño
    Con el tiempo, el niño creció se convirtió en hombre común, la curiosidad se transformo en desilusión en la adolescencia y la desilusión se transformo en una forma de soñar más adulta a mis 31 años.
    Miro el reloj, eran casi las 10:00PM todavía estaba un poco lejos me estaba cansando de caminar me faltaba como una cuadra para llegar, había terminado mi cigarrillo y lo que quedaba de él caía al suelo. Los buses me pasaban por el lado llenos de gente de rostros cansados algunos regresaban a sus casas y otros se dirigían a alguna parte como yo.
    Era una noche despejada desde aquí se podía ver la Luna, había Luna llena era hermosa con un tono amarillento muy brillante, nada la opacaba ni siquiera las luces destellantes de los edificios.
    La música se escuchaba fuerte desde la esquina venían los músicos de “La garrapata” hoy se presentaba como a eso de las 1:00AM, eso decía el cartel en el poste frente al bar. El olor alcohol estaba impregnado en la puerta se encontraba una mujer como de unos 26 años, pelo negro, tez blanca estaba vendiendo los tickets por lo de “La garrapata” que era en el 2ºpiso se veía un poco cansada como sin mucho entusiasmo.
    El bar estaba repleto se podía respirar una mezcla entre cigarrillo, sudor y cerveza entre otras cosas. En la segunda mesa del rincón estaban Jorge y Cristián y parece que ya habían encontrado compañía junto a ellos habían 3 mujeres que no superaban los 25 años, me acerco y saludo en general tomo una banca del otro mesón y me siento junto a la pelirroja de la camiseta de “Kiss” a mi otro lado estaba Jorge con una de ellas y en el fondo estaba Cristián que se veía visiblemente aburrido con la otra chica me sirvo un poco de cerveza que ya no tenía gas tomo y trago hasta el fondo, la pelirroja me observaba con una cara de querer hablarme ,ella se decide toma la iniciativa y me dice ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Clara, yo me quedo pensando y le digo “Mi nombre es Víctor” ella se veía distinta a sus amigas, yo le pregunto ¿Qué es lo que hace? ella se pone algo nerviosa con una voz coqueta me dice “Soy estudiante de Diseño” su respuesta no me convencía mucho le hago otra pregunta ya con más confianza y con otra cerveza en la mano ,con una actitud galante le digo ¿Qué te trae por estos lados? ella con una sonrisa me dice “Buscando a un hombre como tú” siempre mirándome fijo se suelta delicadamente su cabello rizado sutil, ya un poco encantado por aquel movimiento le respondo “Gracias” , incómodamente hay un momento de silencio ella empieza a reír me dice con una voz dulce “Era broma”, casi por un momento pensé que ella quería algo más. Luego la pelirroja se aburre de mí y empieza a conversar con Jorge ambos se trataban de seducir. Jorge era el típico galán de boliche el ya le tomaba su mano, a los 5 minutos le estaría diciendo cosas al oído y le prometería el mundo, quién sabe si ella era lo suficientemente tonta y puta terminaría en un motel de mala muerte que Jorge suele frecuentar (“El Peral”).
    Sin que nadie se fijara en mí voy a comprar un trago Cristian se levanta y me acompaña me decía con varias copas en el cuerpo “Feliz Cumpleaños amigo mío” ¿Cómo lo estas pasando? o algo así no se escuchaba entre medio de tanta gente pierdo de vista a Cristián , había demasiada gente lo busco por entremedio de los borrachines pero no aparece miro hacia la esquina y nada todavía me volteo y ahí estaba en el otro extremo del mesón de las bebidas, me hace una seña con la cabeza yo lo sigo hasta la entrada desde allí solo podía distinguir una sombra de una mujer junto al poste. Cristián se acerca me dice sin que nadie se enterase”Aquella mujer me dijo que quiere conversar algo importante contigo” “Buena Suerte amigo” no entendía mucho pero quería averiguar de que se trataba todo.
    La mujer estaba de espaldas usaba un polerón con una capucha y unos pantalones negros muy ajustados algo desteñidos por el uso. Estábamos frente a frente ella seguía de espaldas sin decir ninguna palabra yo me decido tomo la iniciativa “Hola” “¿Nos conocemos de algún lugar?” ella se gira y me dice “Acaso no me reconoces, soy yo” ella era una mujer blanca casi calva con unos ojos grandes negros de mirada evasiva La mujer misteriosa me seguía diciéndome cosas que para mí no tenían sentido, me encantaría ser la persona que ella busca, pero no lo soy. Yo por mi parte seguía repitiendo “Lo siento, no te conozco”, la paciencia se me agotaba y como todo un caballero la deje hablando sola con el poste y el borrachín que estaba tirado un poco más allá.
    Jorge y Cristián no notarían mi ausencia, yo prefería caminar por ahí si tenía suerte a lo mejor podría encontrar a Rosa que de seguro debe estar en el cine viendo esas películas melosas que tanto le gustan. Por más que buscaba no encontraba todos los kioscos estaban cerrados necesitaba un cigarrillo con urgencia, la mujer misteriosa me estaba siguiendo yo hacía como que no existía continuaba mi rumbo sin confrontarla la mujer se estaba cansando estaba ligeramente borracha. , la mujer empieza a gritarme cosas como “Maricón de mierda vuelve aquí”, etc . La gente que pasaba miraba la escenita otros se reían con malicia lo que si es cierto es que hoy es cumpleaños se supone que es una fecha para celebrar en fin pasar un rato agradable con tus amigos y tu novia pero el destino siempre se encargaba para que fuese lo contrario, quizás estaba maldito o la señora Celestia me había hecho algún mal de ojo.
    Gracias a Dios eran las 12:31AM ya era otro día la mujer no gritaba me volteé encuentro a la mujer tirada en el suelo riéndose nerviosamente era uno de los muchos espectáculos penosos que se verían esa noche. Ella tenía los labios ensangrentados, una herida en su brazo de seguro le quedaría una cicatriz sentí lástima por ella le pregunto “ ¿Cómo te llamas?” ella me responde “Sandra” parecía ser sincera la ayudo a levantarse, ella se apoya de mis hombros y yo de su cintura su perfume era inconfundible al igual que olor que expelía de su boca.
    Todo parecía ir bien ella parecía confiar en mí ,de pronto sin aviso alguno la mujer se suelta de mi con un gran golpe que me propina en la espalda en cosa de segundos comienza a correr a perderse por la calle contigua. Todavía un poco apaleado sin entender mucho reviso mis bolsillos para ver si todo estaba en orden como siempre primero el izquierdo y luego el derecho estaba todo en orden tenía un boleto de bus, unos mil pesos los de reserva y las llave de mi apartamento, se podría decir que estaba todo.
    Ya empezaba a helar no había ningún alma por ahí eso que aún era temprano mejor me apresuraba antes que ella volviese con más gente. Tenía un poco de frío mi piel se erizaba de a lo lejos venía un bus decía (Miraflores) justo el que me servía tomo los mil pesos lo hago detenerse de forma particular me subo el chofer me pasa el boleto de esos que vienen con un mensaje que casi nadie lee busco un asiento junto a la ventana.
    “Son las 1:05AM en su radio Aurora” se escuchaba de la radio del bus, ya no alcanzaría a Rosa sería mejor que habláramos en otro momento, espero que ya se le haya pasado el enojo de ayer.

    1:05 (AM) “Playa el sol”

    Lo único que quedaba era la sal depositada sobre la arena, el mar se hacía sentir con la fuerza de costumbre ni muy embravecido ni muy calmo. Estaban los que no tenían donde ir aquellos que no superaban los 18, la mayoría eran hijos de gente de buena situación económica que venían los fines de semana a la costa y en las noches el grupo selecto se reunía en las playas como esta para tomar, fumar marihuana y si la suerte acompañaba quien sabe.
    Lo único que quedaba era la sal, yacía en la arena sin vida aparente rápidamente iba perdiendo el color de su rostro amarillento su nombre era no estoy seguro creo que Simón, según dicen es hijo de María y Juan una pareja de vendedores ambulantes del Cerro Cordillera. La sangre teñía la arena, hace 5 minutos que había perdido la conciencia poco se podía hacer el cuerpo yacía en la arena cerca de los roqueríos.
    De la orilla se venía caminando una pareja como tantas que disfrutaban de la tranquilidad, los que le hicieron estoa esta hora deben estar lejos. El cuerpo tenía todas sus pertenencias, no tenía signos de pelea solo una herida profunda en el pecho.
    El tiempo seguía pasando, la sangre no se detenía y comenzaba a tomar un color pálido.

    1:05 (AM) “Casa de Manuel Villegas”

    Laura se apresuraba lo más que podía no se decidía por cual si el rojo carmesí o el rosado magenta, Manuel mientras tanto se colocaba su perfume “el para las ocasiones especiales” hoy lo era.
    Alguien toca la puerta eran ellos Manuel y Laura habían esperado este momento desde el día que se juraron amor, respeto y fidelidad. Su cábala era sencilla le prendían una vela a la virgencita del Carmen y lo demás era cosa de suerte.
    Manuel corre y abre la puerta los hace pasar, el era abogado y ella enfermera eran un matrimonio de clase media que habían heredado unos cuantos ahorros de la tía de ella. Ambos provenían de una localidad al Sur de Talca llegaron a Valparaíso hace 6 meses junto a la hija de 3 meses “Olgita”.
    Laura con una sonrisa los hace pasar a la mesa hermosamente decorada Paula se humedecía los labios algo la tenía intranquila, solo venía acompañando a Martín el que estaba muy entusiasmado por la propuesta de Manuel desde hace unos días.
    Laura era muy observadora se fijaba en cada detalle presentía que Manuel algo le ocultaba sobre el plan no tenía como verificarlo solo se limitaba a observar por ahora Laura era muy intuitiva sabía que Manuel la usaba como si fuera una muñeca de trapo como quien toma y tira después pero aún así no podía evitarlo por que aún lo amaba.
    Martín no podía evitar mostrar su entusiasmo, Paula se veía cada minuto más pálida nadie se daba cuenta solo ella mientras tanto Laura y Manuel hablaban de las bondades del Yoga y la filosofía oriental, Martín estaba fascinado y trataba de integrarse a la conversación. Paula se tocaba su vientre, sus manos transpiraban, su garganta se secaba el frió se apoderaba de su cuerpecillo delgado y sus ojos ya le pesaban empezaba a ver un poco borroso.
    Nadie se daba cuenta Paula estaba sentada en la otra esquina de la mesa sin decir ninguna palabra ,se arma de valor e interrumpe la amena conversación diciendo “ Laura me podrías decir donde queda el baño” Laura le dice “ Sígueme te acompaño” ,Paula no estaba bien el tiempo parecía detenerse para ella sentía que mil agujas le clavaban el cuerpo ,su cabeza le daba vueltas se sentía muy mareada resistía todo lo que podía la pobre Laura por su parte no se percataba iba delante de ella mostrándole el camino.
    Eran las 1:20 Am, Paula se desmaya cae abruptamente en el 2º piso de la casa de Manuel, su cuerpecillo fino y pálido yacía en el suelo mientras Laura trataba de reanimarla.
    :::hug:::
     
    #1

Comparte esta página