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El principito

Tema en 'Poesía infantil' comenzado por Évano, 24 de Octubre de 2016. Respuestas: 5 | Visitas: 903

  1. Évano

    Évano ¿Esperanza? Quizá si la buscas.

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    Hombre
    Cuando tenía seis años vi una lámina
    donde una boa se tragaba a una fiera.
    El libro decía: Las serpientes boas tragan
    a sus presas enteras, nunca las mastican.
    Luego duermen seis meses de digestión.

    Tracé a lápiz de color mi primer dibujo
    y se lo enseñé a varias personas mayores.
    Yo pinté una boa tragando a un elefante
    ¿Por qué ha de asustarme un sombrero?, me dijeron.

    Luego dibujé el interior de la serpiente
    —los mayores siempre quieren explicaciones—.
    Y me dijeron que dejara los dibujos
    de serpientes boas abiertas o cerradas,
    que me interesara más en la historia,
    en la geografía, cálculo y gramática.

    Desalentado por mis dibujos de boas,
    al ver que los grandes casi nunca comprenden
    nada por sí mismas, que son agotadoras,
    y que los niños han de darles siempre y siempre
    explicaciones de todo, no pinté más.

    Muchas relaciones con grandes hubo en mi vida,
    los he visto de muy cerca, y aún así
    no ha mejorado mi opinión en cuanto a ellas.
    Si creía que alguno era bastante lúcido,
    realizaba la experiencia de mis dibujos,
    por si comprendían. Pero siempre decían:
    " Es un sombrero". Entonces no hablaba de boas;
    sino de fútbol, de política o de cartas.
    Entonces, las personas grandes se quedaban
    satisfechas de un hombre tan, tan razonable.

    Por ello, mi vida fue solitaria,
    vivía sin nadie con quien hablar,
    hasta que un día se rompió mi avión
    en mitad del desierto del Sahara.

    Solo, y con agua para una semana
    me encontraba delante de mi muerte.

    Dormí la noche a mil millas de toda
    tierra habitada, como un náufrago
    sobre una triste balsa en el océano.

    Imaginad mi sorpresa cuando, al alba,
    me despertó una extraña vocecita
    que me dijo: " Dibújame un cordero."

    ¿Eh?, pregunté asombrado, adormilado:

    "Dibújame un cordero." Repitió.

    Al abrir los ojos totalmente,
    como golpeado por un rayo
    me puse de pie en un salto
    y froté mis ojos y miré:
    un hombrecito me examinaba,
    hombrecito que no parecía
    perdido ni muerto de fatiga,
    ni muerto de hambre, ni aún de miedo.

    Cuando logré hablar, le pregunté:
    Pero... ¿qué haces aquí?
    Él, suavemente, como si fuera
    una cosa muy seria, repitió:

    "No importa. Dibújame un cordero."

    Jamás dibujé cordero alguno,
    y no había sido por mi culpa.
    Los mayores me desalentaron
    cuando tenía seis años, cuando
    solo había aprendido a pintar
    boas cerradas y boas abiertas.

    Jamás había dibujado un cordero,
    pero como el misterio era demasiado
    impresionante no desobedecí.
    Por absurdo que parezca y aunque estaba
    a miles de kilómetros de la gente
    y en peligro de muerte, saqué del bolsillo
    una hoja de papel y una estilográfica.

    Con muy poco humor le expliqué al hombrecito
    que no sabía dibujar. Insistió:

    "No me importa. Dibújame un cordero."

    Como yo nunca había pintado corderos,
    rehíce el de la boa cerrada. Quedé
    estupefacto cuando el hombrecito dijo:

    "¡No! No quiero elefantes dentro de una boa.
    La boa es peligrosa, y el elefante,
    muy grande. Necesito un cordero. Un cordero."

    Entonces dibujé. El hombrecito me miraba.

    "No, este cordero está enfermo. Hazme otro".

    Yo dibujaba, el hombrecito sonreía:

    "¿Ves... No es cordero; es carnero. Tiene cuernos..."

    Le dibujé otro y lo rechazó también.

    "Este es demasiado viejo. Quiero un cordero
    que viva mucho tiempo." Entonces, como tenía
    prisa por arreglar el avión le pinté
    una caja y se la di. Esta es la caja, dije,
    el cordero que quieres está dentro de ella.
    El rostro del hombrecito se iluminó.

    "¡Es tan exactamente como lo quería!
    ¿Tú crees que necesitará mucha hierba?
    Es que en mi casa y mi mundo todo es pequeño".

    Cabrá en tu casa, porque te he regalado
    un cordero bien pequeño, muy, muy pequeño.

    "No tan pequeño... ¡Mira! Se durmió el cordero.

    Y así fue como yo conocí al principito

    "¿Esta cosa, Qué es", me preguntó
    cuando vio mi avión por primera vez.
    No es una cosa. Es un avión. Mi avión.

    "¿Te caíste del cielo?¡Qué gracioso!"

    Yo me irrité porque se rió bastante
    y no tomaba mi desgracia en serio.
    Como para calmarme, suave, agregó:

    "Entonces ¡tú también vienes del cielo!
    ¿De qué planeta eres?". Es cuando supe
    que él sí venía, sí, de otro planeta,
    aunque no contestaba de cuál de ellos
    porque miraba a mi avión y me susurraba:

    "En esto, no habrás venido de lejos."

    Luego se hundió un rato en un ensueño.
    Después sacó el cordero del bolsillo
    y se abismó mirando su tesoro.

    "Esta caja que tú me has regalado
    me gusta porque servirá de casa".

    Sí, y también te daré una cuerda, dije,
    y buena estaca para que lo ates.

    "¿Para que lo ate?", dijo el principito,
    "¡Qué idea tan extraña! ¡qué idea tan rara!"

    Si no lo atas se irá a cualquier lugar.

    "¡No importa!, mi planeta es muy pequeño!
    Si vas delante de alguien, no vas lejos."





    Estos versos están basados en los primeros capítulos de El principito, de Antoine de Saint-exúpery. Si te han gustado consigue el libro para tus hijos en una bibliotreca o, si eres niño, pídeselo a tus padres. El libro es muuuuucho mejor que estos versos.
     
    #1
    Última modificación: 24 de Octubre de 2016
    A marlene2m y Rosario Martín les gusta esto.
  2. Rosario Martín

    Rosario Martín .

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    Un libro muy recomendable, sobre todo,para esos adultos
    que olvidaron ser niños y con ello la imaginación.Fantástico
    y fantástico su trabajo señor Évano, todo un placer...
    Un abrazo y una rosa
     
    #2
    Última modificación: 25 de Octubre de 2016
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  3. Valen_Tina

    Valen_Tina Poeta que considera el portal su segunda casa

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    [​IMG] El Principito es una joya de la literatura infantil pero también lo es para los adultos que a menudo olvidan lo realmente importante. Gracias por traerlo Évano
    [​IMG]
     
    #3
    Última modificación: 28 de Octubre de 2016
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  4. marlene2m

    marlene2m Miembro del Jurado Miembro del Equipo Miembro del JURADO DE LA MUSA

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    ...Siempre olvidamos lo que
    es importante realmente,
    por eso tenemos que tener un niño cerca
    para que nos tome de la mano y nos lo recuerde.
    Saludo
     
    #4
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  5. LUZYABSENTA

    LUZYABSENTA Moder Surrealistas, Microprosas.Miembro del Jurado Miembro del Equipo Moderadores

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    El olvido y las secuencias de la vida
    nos hacen perder esa vision de niños.
    la poesia me ha encantado por esa
    distribucion de acontecimientos
    narrados.
    felicidades. luzyabsenta
     
    #5
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  6. Évano

    Évano ¿Esperanza? Quizá si la buscas.

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    Gracias, compañeros, y perdonad mi tardanza en responder, no os había visto.
     
    #6

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