El recuerdo y el final

Era como hoy, 2 de febrero, pero de hace ya mucho tiempo, tanto, que me pareciera que era otra vida. Aún así es la misma, solo que muchos años han pasado y aunque los recuerdos están borrosos, el dolor sigue tan fuerte.

Tu madre tenia los ojos blancos y desde ese día que siempre los dibujaré blancos, tanto marcó mis días que cada minuto que pasa veo como se descolora mas la mirada de la gente. Pero si era tan dulce, pero si era tan calma, pero sonreía tan bello, y nadie veía como sus ojos se blanqueaban hasta el punto de no haber pupila, y ese día pasó, el día en que terminó de llorar y ya no respiró mas, por ti.

El día en el cual se te contagio el sin color y tu propio color lo tiraste a las aguas. A esa bañera nunca le pudimos quitar las manchas, aunque al fregar se hubiesen vuelto cafesosas, pero con el blanco en las pupilas ya nadie podía ver ningún color, si, lo siento, también se nos contagio, lo lloramos, en realidad, solo veíamos desde aquello, el color de nuestra propia alma, y todos aun veíamos el rojo profundo y de vez en vez hasta las aguas tinturadas y tu de 7 años oculto en ellas, lo ojos del alma no engañan a nadie.

Aun así te negaste a tirarla una y mil veces, aunque te dolía, quizás para que nos doliera, para que no olvidáramos ese día jamás, pues hoy los recuerdos están borrosos, pero el dolor sigue tan fuerte. Quizás eso nos querías decir, con las miradas, con lo borroso, con los paseos. Que no olvidáramos ese día y quien fuiste, porque cual lapida eso era el recuerdo de que desde ese día ya estás muerto y renaciste mas allá en un lejano y frio hospital, y así quedó tu corazón. O al menos eso quisimos ver o al menos eso querías mostrar, pero en secreto, dejabas flores en tu tumba cada día, sin falta a tu encuentro con la muerte diariamente.

Pero si era tan dulce, pero si era tan calmo, pero si sonreía tan bello, y ese día también dejaste de respirar, por mi. Dejaste de ir a colocar flores en tu tumba y tuve que comenzar a ir yo, y dejaste de buscar los paseos, dejaste de encontrar las miradas y dejaste de cubrir lo borroso, en un segundo se hizo todo tan claro, y se fue. Te fuiste, te reuniste contigo, un corazón tan frio, que junto a mi se sentía tan cálido, lo siento, lo siento por dormir junto a tu corazón, lo siento por hacerlo sentir calidez, lo siento por amarrarte aquí, pero ya te fuiste y hoy yo pongo flores en tu honor y hago saludos a tu recuerdo, pero ya no.

Adiós, adiós mi vida, adiós a tu recuerdo, adiós a tu muerte, adiós a tu vida, adiós a tu frio y cálido corazón, adiós al 2 de febrero y adiós a sus ojos blancos, salúdame desde algún lugar y no me vuelvas a ver en ningún lugar, no vuelvas jamás ni intentes encontrarme, ni en esta vida ni en la otra, ni tampoco en la siguiente, fuimos dos casualidades que jamás debieron verse las pupilas. Y gracias, gracias por tantas cosas, casi infinitas y eternas, gracias por estar ahí, gracias por existir y gracias por ser, porque fuiste porque yo fui y yo fui porque fuiste.

Hoy vengo a dejarte las ultimas flores de mi despedida, a sacarme las camisas viejas y a respirar por la ultima vida que tendré para dejarte flores. Hoy recuerdo todo y lo voy olvidado también, y me duele fuerte y deja de doler. Nunca mas mencionaré tu nombre y o miraré tu rostro, ni en una foto, ni en un recuerdo, solo serás las idea, la idea de mi existencia y la idea de tu existencia, que se marcaron para ser diferentes, aunque tu siempre soñaste que fueran una. Gracias a ti lloro otra vez y los colores ya no se me van por los ojos y gracias a otro siento otra vez y la pena yo no se me guarda en el alma.

Ante ayer fueron claveles, ayer fueron girasoles y hoy serán rosas, tus favoritas y las de tu madre. Y así queda nuestra historia, me alegro que hayas empezando tu historia y yo seguiré con la mía. ¿Quién eras? un día, ¿y tu quién fuiste? un recuerdo ¿y tu quién eres? tu eres, la idea de compañía, en mi corazón, la idea de felicidad y tristeza, de alegría y sufrimiento, de paseos y quietudes, de paz y agobio, de viajes y esperas, de lugares y estares, de vida y muerte, de olvido y sobre todo, tu eres la única y áspera sensación, de rustica y entallada agonía, la idea de un ultimo y longevo adiós, por siempre.