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El reino de hielo

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por Atenea Sheresada, 26 de Noviembre de 2011. Respuestas: 1 | Visitas: 1113

  1. Atenea Sheresada

    Atenea Sheresada Poeta fiel al portal

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    Para aquellos que son escepticismos, es verdad lo que estoy por relatar, mejor será que los ojos acostumbrados a la fría ciencia, alejen sus miradas, pues nada "normal" hay en esta historia.
    No es raro que existan viajes de excursión, el mio fue al polo sur, yo sin ser científica acompañé a unos amigos que si lo eran y que me invitaron amablemente a pasar un mes, en el lugar mas frió del planeta, su compañía y mi amor a la aventura me dijeron inmediatamente que si. Así comenzó todo.
    Todo transcurría heladamente bien, hasta que una repentina ventisca, que son muy comunes en el polo sur, me impidió ver, corrí hacia donde creí se encontraba la base de mis amigos, pero me equivoque de rumbo y cuando menos lo noté caí en una grieta, no me lastimé y además me protegía de la ventisca.
    Fue casi una hora de preocupación y mucho frío, hasta que terminó, como pude salí de la profunda grieta y me vi en un mar blanco, espacio incalculablemente blanco, hacía donde volteara, era blancura infinita. La noche perpetua de que estaba vestido el polo en esa época del año realmente no me ayudaba en esa ocasión.
    Sin mas que hacer, comencé a caminar, temerosa de encontrarme con un animal salvaje o algo, no se cuanto tiempo anduve, pero se que fue mucho, hasta que vi una hermosa construcción, se veía extraña, pero no me importó, eso significaba mi única esperanza de sobrevivir. Corrí con las pocas fuerzas que le quedaban a mi cuerpo y lo que vi me petrificó. Un hermoso castillo de hielo. Si hielo, parecía cristal cortado, dentro había gente, salieron rápidamente a ayudarme, sin preguntarme nada, sin darme siquiera tiempo de hablar me llevaron dentro del castillo, que no lo van a creer, era tibio, me llevaron a una habitación me sentaron en una cama, me pusieron una cobija y me dieron de tomar un líquido que tenía un sabor peculiar, pero no era desagradable. Sentí mucho sueño y aunque intenté resistirme caí dormida.
    Cuando desperté estaba en la habitación, ya no sentía frió, fue algo extraño, al recorrer con la mirada el lugar, encontré una persona de pie en la puerta, me dijo con una enorme sonrisa, "le esperábamos, sigame por favor", así lo hice pregunté mil cosas y ella permanecía en total silencio, había cuartos donde el hielo era transparente y otros no se veía nada, nos dirigíamos precisamente a una llena de discreción, una enorme puerta de hielo, con un bello picaporte dorado. Al entrar me quedé sin aliento, todo el lujo y la belleza, así como la elegancia de los palacios franceses al estilo de los Luises, me deslumbró, sin embargo nada era cristal o porcelana, todo era hielo.
    Sentada en un trono sutil y elegante, se encontraba una bella joven, su palidez cadavérica opacaba algo sus hermosos rasgos, finos, suaves, femeninos, juveniles, si fuera sonrosada sería la criatura mas hermosa que mis ojos hubieran visto, labios finos, pero azulados, ojos como almendras de color azul celeste, cabello largo y castaño, hermosa en una palabra.
    Cuando reaccioné la persona que me había acompañado ya no estaba en el salón, entonces oí la voz de esa criatura:
    -Soy Biorel, reina de los hielos perpetuos, algunos me conocen como la emperatriz de hielo, te esperaba con ansia, la leyenda decía que vendrías, así lo hiciste, eres quien viene a vengarnos.- yo no entendí nada y me atreví a preguntar de que se trataba y me contestó lo siguiente- Somos un pueblo de almas no de cuerpo, pertenecemos al mundo de lo intangible, al contrario de ustedes los humanos, hace muchos eones, antes de su existencia en este mundo, se libró una batalla entre mi pueblo de almas y una tribu de tangibles, uno de los consejeros de mi padre nos traicionó, les dió la clave de nuestra derrota, nos encerraron a todos en cuerpos, una vez atrapados, mataron a mis padres, los que estamos en este castillo logramos escapar, nos instalamos en este lugar, al nacer su mundo por lo que ustedes llaman nieve y hielo, la oscuridad nos permite ser visibles y el estar tan alejados nos protege. Creemos que ustedes los humanos son descendientes de la mutación de los tangibles y el traidor, pues poseen alma, una que no esta atrapada, si no que habita en ustedes. La leyenda dice que un hijo de contubernio, sería quien vendría a liberarnos de estos cuerpos.- Cuando terminó de hablar yo estaba mas que asombrada, en mi interior tenía muchas preguntas que no sabía si externar o guardar, antes de decidir me dijo- claro que puedes, se que perteneces al genero femenino o hembra, igual que yo, la leyenda dice que la armonía del cuerpo y alma puede libertarnos- en eso, algo que se puede llamar lágrimas, pero que se congelaban en su rostro, avanzaron en sus mejillas, luego continúo- deseamos nuestra libertad, ayúdanos, es tu obligación.
    Prometí hacer todo lo posible, pero que no sabía como podría ayudarla, así que hice lo único que se me ocurrió, platicar con ella, encontrar nuestras diferencias y similitudes, no tengo idea del tiempo transcurrido, pero aprendí que ellos no envejecen, nuestra alma tampoco lo hace, ellos no sienten frío o calor, tienen sentimientos, no padecen hambre frío, sed, sueño, tampoco enfermedad, no conocen de vínculos, como la amistad, el fraternalismo, para reproducirse, cuando eran solo alma, desprendían una parte de sí y otro ponía otra parte, con las características de ambos, se formaba una nueva alma.
    Como conocían todas las características generales de los seres humanos, decidí contarle lo único que ellos no sabían, mi vida personal, le hable del amor, del romance, del dolor, de la perdida, de mi familia, de mis amigos, de mis amigas, de la traición, de mis sueños de mis deseos de mis esperanzas, de mis sueños realizados y de los rotos, de lo que para nosotros significa morir, de lo que es el alma.
    Entonces, lloré al recordar todo lo que me había pasado, lo bueno y lo malo, entonces Biorel, tocó una de mis lágrimas y la puso en su rostro, el cual comenzó a ponerse sonrosado, la ví y no soporté el impulso de darle un abrazo, mi corazón latía muy rápido y la apreté con fuerza, como lo haces cuando una amiga llora por un amor perdido, al inicio fue como abrazar un bloque de hielo, luego se tornó tibia, después desapareció. Abrí los ojos y me encontré sola en el castillo, grité llamando a Biorel y un susurro contestó "gracias", entonces lo entendí todo, nuestra alma es feliz en nuestro cuerpo por que se alimenta de nuestras emociones, es libre en nuestros sentimientos, el cuerpo no es la prisión, el calor de nuestro cuerpo nos lo da el alma.
    Al sentir compasión, al entender lo que es el amor, cualquier alma, hasta la atrapada desde hace eones, encuentra su libertad.
    Un rayo de luz iluminaba el hielo, lo seguí por largo rato y encontré a mis amigos, se alegraron de verme y cuando les conté todo, me creyeron nada, pensaron que caí inconsciente y todo lo soñé, pero varios días después, una inexplicable pila de hielo sobre la nieve, no los dejó tan seguros de mi alucinación.
     
    #1
    A Glendalis Lugo y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. Glendalis Lugo

    Glendalis Lugo Poeta veterano en el portal

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    Me ha encantado tu cuento muy original,saludos
     
    #2

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