El rey de los marginados

EL REY DE LOS MARGINADOS

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El rey de los marginados se enfrentó a colosales imperios,
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A los dragones que habitan las cuevas de la ignorancia,
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A las torres del odio, a los monstruos de la desolación​

Con su lanza verde, su espada, su metralla ardiendo,​

Con el coraje de su templanza de acero o mármol,​

Cayó frente al dominio sobre la tierra vencido​

Y su desangramiento tan largo regó la primavera reprimida,​

Su sangre llegó a las raíces, llegó a todo un pueblo​

Como una lactancia eterna que nutrió nuevas esperanzas.


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El rey de los marginados de nuestro tiempo y otros tiempos​

Fue crucificado, sepultado vivo, murió​

Y fue resucitado por millones de hombres nuevos​

Que recogieron su baluarte, su estrella, su ejemplo.​

Fue biografiado y tergiversado en su palabra,​

En su verdad como truco para borrar​

Las huellas de su endecha abierta en la desesperanza,​

Y sobre su tumba los burgueses no desmintieron su coraje​

Pero acuñaron su nombre como un hombre equívoco.


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El rey de los marginados, siempre henchido de aventuras​

Zarpó sobre el Atlántico, sobre el Pacífico o en mares remotos​

Para emprender la travesía más temeraria de su vida​

Por la vida y su muerte fue siempre una victoria para la vida,​

Para la credibilidad de la alegría y la posibilidad​

De que es posible construir una sociedad mejor.


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El rey de los marginados, de carne y hueso igual a ti, a mí,​

No se resignó a las injusticias de su entorno,​

No miró el horizonte con los ojos del pesimismo ciego,​

No se doblegó en las vicisitudes más austeras,​

No le tembló la mano para barrer a sus enemigos,​

Hizo de su convicción un pan de cada día y una plegaria,​

Alentó a sus camaradas en las más desalentadoras jornadas,​

No se vendió jamás para demostrar​

Que el lucro contra su pesar no todo lo puede adquirir.


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Fue también la oveja negra del rebaño,​

El esclavo insurrecto que organizó a su pueblo,​

El estratega que enfrentó a un enemigo más numeroso,
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El bandido de los recompensadores buscado vivo o muerto.


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Vivió como quiso, así forjó su destino.


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Debió camuflarse como los animales mimetizados en las selvas,​

Y en las ciudades de hidalgo caballero, de cura o mendigo.


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Vio desmoronarse como una torre su obra frente a sus pies,​

Triunfó la traición una vez más sobre el amor,​

Triunfó la cobardía sobre la entrega sin condiciones.


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Fue encarcelado y humillado,​

Fue maldecido y desterrado, fue perseguido y acogido,​

Fue conducido al infierno de la tortura y del suplicio​

Para doblegar su estatura insigne, a rendir honores​

A los esbirros absolutistas con sotana y crucifijos,​

A los inquisidores revestidos de amor y fe,
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A la corona del poder monarca, al invasor foráneo,​

A los mercenarios vendidos, al dictador desquiciado,


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Pero su conducta optó por la muerte a la deshonra,
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Eligió el silencio mutilado a la corrupción de su lengua,​

Prefirió seguir siendo en la agonía como había vivido.
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vaya para deducir poderes, aun existen estos tipos, saludos