El rostro

El hombre luce una inquietante sonrisa. Yo le miro y grito: “¡Maldito sea!”

Él no reacciona y yo tirole una piedra: rompiendo el espejo.​

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Ufff fuerte, una estampa perfecta de que el ser humano cobija sentimientos profundos y a veces tan dolorosos como para tirarse una piedra a sí mismo, entendiendo la piedra como mera metáfora. Besos por el placer de besar.

 

Sexandsoul, gracias, muchas gracias, estimada amiga.

 

Interesante e intenso micro, no hay como verse a uno mismo... un placer leerte un abrazo!

 

Muchas gracias, Marea, por tus palabras, estimada amiga. Un gran saludo.

 

De verdad que das en el clavo, amigo Edweine. El mayor enemigo de uno mismo, el personaje que más nos exaspera, siempre es uno mismo. Con romper el espejo no será suficiente, que seguirá ahí torturándonos y recordándonos todas nuestras debilidades y culpas, incluso aquéllas que los demás no han reconocido y las que ya han perdonado.
Saludos.

 

Gracias, Pablo. Muy bueno leer tus palabras. Un saludo, amigo.

 

Excelente, Edweinw Loureiro... lo que no ve nadie... Un placer, muchas gracias

Un abrazo

 

Muchas gracias, Rosaela, por tus palabras. Un saludo.