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El sabor del silencio

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por elissp, 23 de Mayo de 2014. Respuestas: 1 | Visitas: 299

  1. elissp

    elissp Poeta recién llegado

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    Su agonía dificultaba el paso de la razón, mientras, con una cuchara en la mano volvía a endulzar nuevamente el café, “¿Qué será del tiempo, si ya se ha ido? ¿Qué será del alma y del amor? ¿Que será del cuerpo inerte, ya sin vida?, todo se avecinaba tan confusamente que apenas lograba controlar sus lágrimas; Su mirada recorría el patio viendo como las hojas se avecinaban a su alrededor y su pequeño taburete tan incómodo reflejaba en parte su dolor, ese dolor punzante de quien ha perdido algo y que para colmo ni siquiera logra recordar que fue, con el único sinsabor de la derrota plasmada en sus rostro lastimero. Algo no cuadraba bien, a sus setenta años se había convertido en un sujeto tan huraño que el mismo sol huía de su vivienda, sus manos temblaban con cada brisa - aunque se tratase de una leve caricia - para él significaba el estado de derrota que sentía ante la vida, esa instancia tan confusa que le brindaba una protección incomoda ante la muerte - ¡El silencio, el silencio!, va arrancar mis últimos suspiros, ya deteriorados por el tiempo – se decía mientras trataba de sorber lentamente el contenido de su taza; la bóveda gris aguarda pacientemente el pronto espectáculo sea cual fuere, ya sea de vida o de muerte, de agonía o de una serenidad tremenda. Estaba ahí, al acecho, escurriéndose por el jardín, por el tejado, por las paredes por todas partes se precipitaba sin control, pues todo se cumple en algún momento; los años se convierten en recuerdo y la vida en una alegre fantasía. Sus manos arrugadas mantenían temblorosas conversaciones con el paisaje acorde a la ocasión, se vestía de luto la primavera dejando el resplandor para después, la hojarasca bailaba al son de la tristeza y los cuervos se agolpaban en él techo. Por más fuertes que fuesen sus deseos de recordar algo, su mente estaba vacía, como al principio de la vida, como un guiñapo descolorido, solo bastaba, ¡una letra!, ¡una consonante!, ¡una palabra! para que se desenvuelvan las ataduras y así poder volver a la tranquilidad eterna.
     
    #1
  2. Duende61

    Duende61 Poeta adicto al portal

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    Hombre
    Me encantan las prosas, y tu las bordas amiga!!
    Bsos!!
     
    #2

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