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El ser de tierra y la nube blanca

Tema en 'Prosa: Obra maestra' comenzado por Pablo Alonso, 16 de Julio de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 1066

  1. Pablo Alonso

    Pablo Alonso Poeta asiduo al portal

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    Soplaba el viento y el Sol acariciaba las hojas amarillas. El mar gritaba, con voz de olas impetuosas; el rocío comenzaba a volar acalorado. Las montañas vigilabandesde sus cúspides, el valle descansaba y la llanura se vestía de colores, conun traje que la Luna bordó con flores. Las aves cruzaban el cielo azul ycantaban.Yel polvo, la tierra árida de la que brota la vida, descansaba acostado, inerme,en el duro suelo. Vino el viento y lo invitó a bailar, haciéndolo volar con unasuave brisa que parecía más un beso que un baile. Y de una nube blanca y resplandeciente surgió un aliento, que tomando el polvo, le acarició con una llama más poderosa que el fuego, y el polvo cobró vida. Y ahí estaba: mudo y sordo aunque hablaba y oía. Pequeño era, como un retoño, y su cuerpo era frágil, su esencia finita. Y lloró por largos días, mientras de la nube blanca descendía una Mano que lo alimentaba. Pasó muchos meses acostado boca arriba,hasta que un día el viento le hizo girarse. Entonces aprendió a trasladarse, y pequeños eran sus senderos, dejaba siempre cuatro huellas imborrables. Y vivía feliz, porque todo lo tenía aunque nada era suyo. Y reía y reía, lloraba y lloraba, crecía y crecía. Se levantó entonces, empujado por el viento, conoció sus pies y manos, la mente y el entendimiento, latía el corazón y ardía el sentimiento.Caminó entonces por el verde mosaico y vio los grandes edificios de madera floridos,nadó y conoció el frío, miró al cielo azulado y la lumbrera de eterno brillo que se dormía siempre detrás de la misma cumbre. Y conoció la noche, y la Luna plateada, los grillos y el miedo. Resonaba un tic tac en su cabeza y dos agujas e medían la vida. Durmió y soñó, la imaginación hizo proezas mientras tuvo los ojos cerrados. Despertó, bañado en ilusiones y tenía las pestañas empapadas ensereno; y se percató que no estaba sólo. Iba aún desnudo, por las calles depiedra, con espinas clavadas en las manos, espinas de rosas que recogió mientras andaba. Pero sus huellas no eran ya tan profundas, a pesar de que era ahora más pesado. Seguía la nube blanca sobre él, hasta que un día pudo levantar una piedra por sí solo, y creyó que era fuerte, ese día le pidió a la nube blanca que se alejara, que sus brazos y piernas le bastaban para seguirpor sí solo. Y la nube blanca se despidió y se alejó.Tantos amaneceres y atardeceres le quemaron la piel, que ya no era diáfana. Se envolvió entre ropas, tejidas por la vergüenza. Miró un cuadro que tenía frente a sí, un cuadro colmado de mentiras. Y recordó que no estaba sólo. Se vistió elegante y salió, a recorrer las montañas, los valles y las praderas. Pudo ir más rápido, pero decidió ir lento. Ahora veía todo distinto, aunque nada había cambiado. Encontró un papel, tirado en el suelo, y conoció las letras, aunque nunca pudo comprenderlas. Atravesó los mares y los ríos sin mojarse, aunque lo empapó la lluvia. Se cansó, porque largo era el viaje, y tomó una siesta debajo de un gran árbol, pero lo despertó la conciencia. Miró pasar muchas lunas, y un día conoció las estrellas, y dibujó en el cielo figuras sin sentido, existentes tan solo en su cabeza. Dejó los campos atrás, y se topó con los bosques de hierro, quiso tomar su siesta bajo la sombra de un árbol de acero, pero estaba helado y duro. Se levantó del suelo, contento, todo lo que veía era nuevo. Y recordó que no estaba sólo, en medio de aquella selva. Vio a muchos que eran iguales que él, aunque todos eran distintos. Caminó, ahora sobre el pavimento,y buscó las flores aromáticas, mas no halló sino una densa neblina oscura que lo ahogaba. Pensó que debía conocer más, lo que tenía no le bastaba, aunque nada era suyo.Corrió,y el viento lo acarició de nuevo; tuvo recuerdos que rompió el ansia. Llegó aun puente y vio a alguien trepado sobre la baranda; se puso a su lado y miró el precipicio: piedras afiladas. Le preguntó preocupado qué pensaba hacer y desde la baranda le respondió una voz quebrada: “estoy aburrido, quiero probar mis alas”, y se lanzó al precipicio sin más preámbulo. Abajo lo abrazó el fracaso de sus alas. Después de haber presenciado tal suceso, siguió caminando, tratando de no recordar nada, mas las imágenes constantemente le asaltaban la memoria. Y llegó a una selva, de oro y perlas; y le pareció que todo brillaba. Entró en una de las casas y vio a alguien que ante el espejo se inclinaba, haciendo sacras venias.Miró el reloj que de la pared colgaba, las agujas se movían al compás de una campana. Supo entonces que su cabello era nieve y sus manos arrugadas, pero siguió andando, sin la nube blanca. Miró de nuevo los ríos, ahora de plástico y cartón. En el cielo pájaros de aluminio,en el campo el canto del tractor. Escuchó muy leves los gemidos, miró a sus iguales jugar entre laberintos. Corrió, como podía, y el viento lo detuvo para darle otro pie, de madera y equilibrio. Y en su mano se dibujó el contorno de la impotencia. Y cientos de papeles más estaban tirados por el suelo, mas no podía agacharse, mas no podía verlos. Y sus ropas eran grandes, y sus huellas signos apenas visibles. Quiso cantar sus recuerdos, pero tenía vacía la reminiscencia. Y vio artefactos que explotaban, manos que disparaban y a laexistencia llena de agujeros. Miró esqueletos por todos lados, polvo acostado,inerme. Se asustó, quería correr y lo detenía el tic tac, las agujas se seguían moviendo. Quiso regresar, pero no sabía adónde, ni por cuál camino. Se apagaban lentamente los ojos, y el oído preguntaba todo lo que escuchaba. Sintió entonces que sus pies se desmoronaban, que las manos se gastaban y recordó entonces, efímeramente, aquella felicidad muy, muy atrás dejada, cuando en el suelo cuatro huellas dibujaba, se acordó entonces de la nube blanca y suplicó su presencia; se posó ésta, pronta y servicial, y cerrándole los ojos al que ya polvo era, dijo a voz en grito: “ ¿de qué valió la luz, si preferiste la ceguera, de que valió el oleaje si nunca creíste en las sirenas, de que valió el aliento si dependías de tu fuerza? Si caminaste tanto y nunca dejaste huella, si encendías luces por las noches aunque tenías las estrellas, si alque habitaba dentro del espejo adorabas por ser tan igual a ti, aunque solo un reflejo era. Si quisiste regresar cuando el camino era una sola senda, por la que se anda para llegar y no para ir de vuelta; si quisiste volar cuando nunca tuviste las alas puestas. Polvo eras, eres y serás y la vida quedó inconclusa:la tierra, cuando entra en uso de razón es cuando menos la usa…”
     
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    Última modificación: 16 de Julio de 2012

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